En Ucrania la carretera empieza a complicarse cuando nos acercamos a Mala-Roha, uno de los pueblos que ha recuperado el ejército ucraniano en los últimos días de guerra. Los tanques han dejado su rastro en todas las calles de este pequeño pueblo, a solo 50 kilómetros de la frontera rusa, y nos avisa de que hemos llegado. Sus vecinos han pasado muchos días escondidos en el sótano de sus cosas y, según cuentan, han sobrevivido gracias a la ayuda humanitaria. El rastro de la guerra se percibe a simple vista, todas las casas están en ruinas.
La guerra en Ucrania cumple este viernes 79 días con la invasión de Rusia centrada en la región del Donbás. Ucrania sigue resistiendo en algunas localidades de la región de Járkov, la segunda ciudad de Ucrania, y ha logrado la retirada de las tropas rusas.
El Gobierno y el Parlamento de Suecia han reconocido en un informe que su país entre en la OTAN es bueno para su seguridad, siempre y cuando los aliados "se comprometan a protegernos durante el proceso de admisión", según ha pedido el ministro de Defensa.
El presidente de Turquía ha enfriado el optimismo de Suecia y Finlandia. Ha dicho que no ve bien su adhesión y su voto es imprescidible, porque se exige unanimidad de los 30 miembros de la Alianza Atlántica.
Putin ha convocado a su Consejo de Seguridad para analizar el riesgo de la nueva ampliación después de amenazar con tomar represalias.
En una semana vencen algunos contratos europeos con Gazprom, y después del corte a Polonia y Bulgaria, Europa está prevenida por si Rusia ordena un corte generalizado. La Comisión estudia medidas de emergencia, empezando por apelar a la solidaridad entre países. Para ello existe ya una cláusula que permite obligar a compartir el suministro. Falta desarrollarlo para ponerlo en práctica.
El enviado especial de RNE, Fran Sevilla, se encuentra en el hospital de Backhmut, en Donetsk, en pleno corazón del Dombás. Allí son trasladados los soldados y civiles heridos por los continuos ataques del ejército ruso en los alrededores.
La actitud de una parte de los ciudadanos prorrusos del Donbás ha cambiado dos meses y medio después de que Rusia comenzara la invasión de Ucrania. El panorama humanitario que ha dejado la guerra, con miles de muertos y millones de desplazados, ha hecho que la población prorrusa de esta región del este del país no vea ya con tan buenos ojos la llegada de tropas rusas.
El reconocimiento del presidente ruso, Vladímir Putin, de la independencia de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk se tradujo en un estallido de alegría y celebración de la parte prorrusa de la zona. Pero la masacre de Bucha, el asedio de Mariúpol o la propia situación de la zona, en guerra desde hace ocho años, ha despertado el rechazo de la población.
Si te preguntas, ¿cuál es el verdadero apoyo de Putin en el Donbás? O si podrá controlar esta región del este de Ucrania, no te vayas.
Las amenazas Rusia a Finlandia han conseguido el efecto contrario. El país está a punto de acabar con su tradicional neutralidad, que se remonta al final de la Segunda Guerra Mundial, y solicitar el ingreso en la OTAN, precisamente por la guerra de Ucrania, que ha despertado de nuevos los miedos a su poderoso vecino. Más del 70 % de la población apoya la entrada. Finlandia, que comparte más de 1.300 kilómetros de frontera con Rusia, lleva años preparándose. Dispone de una red de 54.000 refugios, tiene uno de los servicios militares más completos del mundo y dedica casi el 2 % a gasto militar.