"El fútbol es un deporte de once contra once, que inventaron los ingleses, y siempre gana Alemania". Fue la cita profética de Gary Lineker años antes. "Football is coming home" cantaban los anfitriones, pero se toparon con los germanos y la suerte de los penaltis en semifinales.
La buena suerte les sonrió a los ingleses contra la España de Clemente en cuartos de final en Wembley. Mientras, un combinado checo con hombres como Karel Poborski, Radek Bejbel y Pavel Nevdev soñó con emular los éxitos de la unificada Checoslovaquia en 1976, pero Oliver Bierhoff frustró sus aspiraciones con el primer "gol de oro" de la historia de las finales.