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El presunto agresor sexual tiene 26 años, nacionalidad española y llevaba una vida "normal", según los Mossos d'Esquadra que le han detenido este lunes en Barcelona. Además de los cuatro casos cotejados en el laboratorio se le investiga por otras cinco agresiones de las que no hay rastro biológico. 

El llamado violador del cúter ha sido localizado en Barcelona tras varios meses sin que se le adjudiquen agresiones. El sospechoso es un joven de 26 años que llevaba una vida "normal", según los investigadores. Sus víctimas era siempre chicas jóvenes y menores. Su última agresión, el mes pasado en el barrio de Les Corts, puso a los Mossos en alerta. Reconocieron su modus operandi intimidación de la víctima hasta llevarla al portal de su casa y el ADN coincidía con otros casos.

Si hay una imagen que ha perdurado del accidente de Palomares es la del entonces ministro de Turismo, Manuel Fraga, y el embajador de Estados Unidos bañándose en las aguas en las que aún permanecía una de las cuatro bombas termonucleares caídas dos meses antes.

Una imagen para zanjar un suceso en el que solo el azar impidió la catástrofe, cuando dos aviones de Estados Unidos chocaron y se precipitaron sobre Palomares con cuatro bombas nucleares. Ninguna explotó pero dos de ellas liberaron sustancias radiactivas. Medio siglo más tarde, Estados Unidos se llevará esa tierra al desierto de Nevada.

El ejército israelí confirma que bombardeó posiciones del movimiento islamista Hamás en respuesta al lanzamiento de un cohete. Y una mujer está gravemente herida tras detonar un explosivo cerca de un puerto fronterizo a las afueras de Jerusalén. Es el primer intento de ataque suicida desde que comenzó la espiral de violencia.

Una psiquiatra del centro sanitario La Robleda, en Compostela, que atendió a Rosario Porto en 2009, ha revelado que ese año la madre de Asunta "tenía deseos de morir", por lo que lógicamente suponía un "riesgo para ella" misma, "pero para terceras personas, no".

En la novena jornada del juicio por la muerte violenta de Asunta, dedicada a la declaración de testigos propuestos por la defensa de Rosario Porto, madre de esta niña de 12 años de cuyo asesinato está acusada, ha recordado que su paciente acudió al sanatorio acompañada por su esposo en aquel momento, Alfonso Basterra, ya que presentaba un notorio cuadro de "ansiedad, angustia y tristeza".