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El presunto autor del asesinato de Eva Blanco, ocurrido en el municipio madrileño de Algete en 1997, ha llegado a España en un avión que ha aterrizado en la base aérea de Torrejón de Ardoz, en Madrid, pasadas las 13:15 horas, después de que aceptara su extradición a España tras ser detenido en Francia, según han informado fuentes de la Guardia Civil.

Ahmed Chelh, de 52 años, de nacionalidad española y origen marroquí, ha viajado custodiado por agentes de la Guardia Civil tras ser entregado por las autoridades francesas.

Andrea, la niña de doce años de edad que padecía una enfermedad neurodegenerativa irreversible y para la que sus padres pedían una muerte dignaha fallecido este viernes en el Complexo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS), donde permanecía ingresada.

La niña ha fallecido después de que el lunes el centro hospitalario accediese a retirar la alimentación artificial como pedían sus padres para que tuviera una muerte digna y comenzaran a sedarla.

Ramiro Cerón Jaramillo ha declarado, por videoconferencia desde Madrid, que no tiene ni idea de por qué aparecieron restos suyos en la camiseta de la niña. Este hombre ha explicado que el día del asesinato de Asunta él pasó la tarde de compras y cenando en un restaurante en Madrid. En su momento aportó tickets de las compras y fotos de la cena. Asegura que este caso le ha perjudicado mucho en su vida diaria.

Las profesoras de la escula de música a la que acudía Asunta han declarado este miércoles en el juicio que la niña les comentó que sus padres le estaban dando "unos polvos blancos" coincidiendo con los episodios en los que apareció somnolienta en clase. En el juicio también ha declarado la madre de una amiga suya a la que contó que habían intentado ahogarla. También ha comparecido la farmeceútica que vendió las cajas de Orfidal a Alfonso Basterrea, que ha reconocido que alguna se la vendieron sin receta porque era cliente habitual.

El presunto asesino de Eva Blanco ya ha pasado su primera noche en una prisión francesa. En nuestro país han sido muchos los agentes de la Guardia Civil  que han colaborado a lo largo de estos 18 años para ponerle nombre y cara. También muchos de ellos se han implicado personalmente en una investigación muy compleja que nunca quisieron dar por cerrada. Mientras, se investigan otros muchos que siguen sin resolver.