De apariencia pulcra, pero origen sucio: son los diamantes que se obtienen en una zona en guerra o mediante el uso de la esclavitud. A finales de los años '80, Liberia entra en una guerra civil. Al mando de la milicia que lucha contra el Gobierno está Charles Taylor.
En 1997, gana las elecciones y se convierte en el presidente de Liberia, pero su mandato no pone fin a las masacres.
Durante su Gobierno combate a la insurgencia de su propio país y apoya a los rebeldes de naciones vecinas como Sierra Leona, a los que, supuestamente, vende armas a cambio de diamantes. En esas guerras mueren más de 250.000 personas.
En 2003, el Tribunal de La Haya para Sierra Leona dicta una orden de arresto internacional contra Taylor. La comunidad internacional le presiona para que deje el país y Taylor, al final, se exilia. Tres años después, Liberia pide su extradición para que La Haya lo juzgue. Contra él, hay once cargos. Entre ellos, asesinatos, violaciones y el enrolamiento de niños soldado. (05/08/10)