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En Turquía, nueva noche de enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y manifestantes que piden la dimisión del primer ministro, el islamista moderado Erdogan. Los más graves han tenido lugar en la capital, Ankara, donde se han producido violentas cargas policiales. Erdogan, que en las últimas horas ha reunido a sus partidarios, ha advertido de que su paciencia tiene un límite. Los altercados, que comenzaron hace diez días, han provocado una caída en uno de los motores de la economía turca, el turismo.

La Policía turca ha desalojado a primera hora del lunes a los manifestantes acampados en la plaza Kugulu de la capital, Ankara.

Durante la madrugada, la Policía se ha enfrentado con los manifestantes por tercera noche consecutiva, a pesar de las amenazas del primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, quien ha llamado "saqueadores" a los ciudadanos que critican su autoritarismo y exigen que dimita.

Los Policías antidisturbios han disparado gases lacrimógenos y ha usado cañones de agua en la calle J.F. Kennedy de Ankara, donde se encuentra la embajada de EE.UU.

Por su parte, los manifestantes han montado barricadas y han intentado romper el cordón policial.

La Policía ha vuelto a cargar este domingo contra una manifestación en la céntrica plaza de Kizilay en Ankara, la capital turca, escenario de intervenciones policiales desde hace más de una semana.

Al mismo tiempo que el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, se desplazaba desde el aeropuerto al centro de la ciudad, en un trayecto que incluía varias paradas para dirigir discursos a sus simpatizantes, otros ciudadanos se manifestaban contra el Gobierno hacia la plaza de Kizilay.

Sobre las 18.30 GMT, los agentes cargaron contra los manifestantes, empleando blindados con cañones de agua a presión, granadas de gas lacrimógeno y bombas sónicas.

Hace precisamente una semana que la policía desalojó, en una intervención que duró muchas horas, a unas 10.000 personas que se habían congregado en Kizilay y desde entonces los antidisturbios han frustrado todos los intentos de los manifestantes de volver a ocupar la emblemática plaza.

El regreso de Recep Tayyip Erdogan a Turquía ha hecho aún más visible la profunda división de la sociedad. Basta con comparar el multitudinario recibimiento al primer ministro en el aeropuerto, mientras los manifestantes abarrotaban varias plazas de Estambul y Ankara. O con echar un vistazo a la prensa nacional.

El regreso de Recep Tayyip Erdogan a Turquía ha hecho aún más visible la profunda división de la sociedad. La noche ha transcurrido en calma en Ankara, mientras que en un barrio humilde de Estambul las fuerzas del orden dispersaron a un centenar de personas que intentaban levantar una barricada, informó hoy el canal de televisión NTV.

A esta hora la plaza de Taksim en Estambul está abarrotada. Las ultimas declaraciones del primer ministro, Erdogan, han vuelto a encender los ánimos. El primer ministro ha dicho esta mañana en Túnez que entre los manifestantes hay condenados por terrorismo, y que seguirá con sus planes de construir en un parque de Estambul, el detonante de esas protestas.