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Hace medio siglo, el ser humano se lanzó a explorar un nuevo territorio: el espacio. Esta aventura fantástica comenzó en 1961, cuando Gagarin dio la primera vuelta a la Tierra en una cápsula espacial. Desde entonces, cientos de hombres y mujeres han volado por encima de nuestra atmósfera durante varias horas e incluso varios meses. Pero la especie humana no está hecha para vivir en este universo desconocido y hostil. La ausencia de gravedad, los rayos cósmicos y el vacío intersideral hacen peligrar la vida de los astronautas en todo momento. Quedarse a vivir en el espacio es hoy por hoy imposible.

Durante la Guerra Fría, la Unión Soviética y Estados Unidos vivieron una auténtica carrera espacial. Dos superpotencias en conflicto que, sin embargo, se embarcaron juntas en una aventura que culminaría con un apretón de manos en el espacio. A lo largo de décadas, el ser humano ha soñado con explorar e incluso llegar a vivir en el espacio. ¿Cuáles son las barreras económicas, fisiológicas y tecnológicas a las que se enfrenta el hombre para conseguirlo? La noche temática incluirá en su próxima edición los siguientes títulos "Apolo-Soyuz, cita en el espacio" y "Vivir en el espacio".

El 17 de julio de 1975, la nave espacial Apolo, la joya de la tecnología estadounidense y su gran rival soviética Soyuz, se ensamblaron en el espacio durante dos horas. Dentro se produjo el primer encuentro espacial en la historia de la humanidad, firmado con un apretón de manos entre los dos comandantes. Sin embargo, estábamos en plena Guerra Fría. Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, el mundo estaba dividido en dos: este contra oeste, comunismo contra capitalismo, la Unión Soviética contra los Estados Unidos. Las dos potencias estaban desarrollando sus programas espaciales en secreto. Era la carrera espacial, con la amenaza nuclear como telón de fondo.

Charlamos sobre el primer viaje del astronauta español Pedro Duque a bordo del Discovery (1998); también sobre su llegada a la Agencia Espacial Europea y sobre las misiones que quedan por delante.

Con la mirada puesta en el espacio, rescatamos otros hitos como los protagonizados por el Apolo 8 (1968) o por el Apolo 17 (1972). Precisamente acercar la carrera espacial fue el objetivo de la película de animación Atrapa la bandera, dirigida por Enrique Gato.

Dejamos el estado de ingravidez por unos minutos y nos centramos en 1968, un año en el que vio la luz El planeta de los simios y en el que Martin Luther King murió asesinado. Una época en la que triunfaba Miguel Ríos con éxitos como "Vuelvo a Granada", recuperados por Sonia Castelani.

Con otra ingeniera aeronáutica, Sara de la Fuente, hablamos de BepiColombo, la misión en la que trabaja desde hace seis años. El final de programa lo firma quien más sabe de medios y de televisión, Alberto Maeso, que nos lleva a La casa de los Martínez y al concurso juvenil Cesta y puntos, ambos en blanco y negro.

La idea de futuro ayudó a Méliès o a Verne a imaginar avances tecnológicos que luego el tiempo ha confirmado. H.G Wells ideó una máquina capaz de desplazar al hombre entre el pasado y el devenir que fue llevada al cine. Recientemente, en la gran pantalla hemos fantaseado, efectos especiales mediante, con la posibilidad de volver una y otra vez de la muerte para intentar corregir lo que va a ocurrir. Distopías futuristas aparte, mucho más fácil es imaginar una visita al pasado, como propone Woody Allen por París, diferente a la del icono pop de los ochenta de la trilogía de Regreso al futuro.

Hace cuatro décadas la llegada del hombre a la luna causó admiración y mucha curiosidad. La misma que despiertan ahora las más de 8.000 fotografías inéditas que la NASA ha publicado para mostrar como fueron los inicios de la carrera espacial.

De Marte ya sabíamos que en el pasado hubo agua y que hoy día hay hielo en los casquetes polares pero hasta ahora no se había  encontrado agua en estado líquido entre otras razones por las bajas temperaturas de hasta 70 grados bajo cero del planeta rojo. Si hay agua, aunque sea en pequeñas cantidades, habrá el modo de tratarla para que sea adecuada para la vida.