Cuando un hijo insulta o pega a sus padres la convivencia se hace insostenible. El hogar se rompe y entra el miedo, la vergüenza o la culpa. La violencia filio-parental es una epidemia social que va a más. En el último año la Fiscalía de Menores ha abierto casi 4.500 expedientes, el doble que hace poco más de una década. Pero éstas cifras son la punta del iceberg. Sólo se denuncian los casos más graves. Se calcula que, como mucho, lo hacen el veinte por ciento de los padres maltratados. Otro dato preocupante: los hijos agresores son cada vez más pequeños y crece alarmantemente el porcentaje de niñas violentas.
Cuando los recursos terapéuticos fallan y los ingresos hospitalarios se repiten casi tanto como los encontronazos con la justicia, es necesario poner distancia. Internar al menor en un centro para su reeducación.
En este reportaje entramos en el Centro Terapéutico Recurra-Ginso, en Brea de Tajo, Madrid, donde han tratado ya a cerca de mil doscientos niños y adolescentes. Hablamos con ellos, con sus padres y terapéutas y abordamos la problemática social de la mano de Javier Urra, psicólogo clínico, primer Defensor del Menor y director del programa Recurra-Ginso
Un trabajo de Elena Pernas y Javier Monterde, del Equipo de Reportajes de Radio Nacional de España.