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El presidente de Ucrania ha acusado a Rusia en la Conferencia de Seguridad de Múnich de atacar la central de Chernóbil. Según Zelenski, un dron ruso ha impactado contra la cobertura exterior del sarcófago que protege el reactor nuclear que explotó en 1986 y dice que Rusia se comporta como un "terrorista global". El Kremlin, por su parte, niega tajantemente estar detrás de este supuesto ataque y acusa a su vez a Zelenski de inventarse una provocación para minar las conversaciones de paz. La Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA) ha asegurado que los niveles de radioactividad no han aumentado en Chernóbil.

Trump ha puesto a Ucrania en el foco al decir que en Múnich hablarían Estados Unidos, Rusia y Ucrania como invitada. El Kremlin ya ha señalado que ellos no van a estar en Alemania, y que se necesita tiempo para preparar los primeros contactos para negociar un alto el fuego. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, sí ha ido a la Conferencia de Seguridad en Múnich, pero no le consta ese encuentro a tres bandas, y tampoco tiene intención de negociar con los rusos.

En cambio, el vicepresidente estadounidense, J.D. Vance, ha encadenado una reunión bilateral tras otra. Llega después de presionar a Rusia en una entrevista a un periódico alemán: si no negocia de buena fe, no descartan enviar a Ucrania tropas. Entretanto, la UE aún trata de encajar el rol secundario que Trump les otorga en las negociaciones para lograr un fin del conflicto.

Hoy tiene lugar la Conferencia de Seguridad de Múnich que, aunque estaba preparada desde hace tiempo, se verá claramente marcada por la vuelta de Trump a la Casa Blanca hace menos de un mes. "Se ha pasado de apoyar Ucrania mientras lo necesite, de tenerla en cuenta en las decisiones y de negociar desde una posición de fuerza, a que no entre en la OTAN y que no se le garantice la integridad territorial", puntualiza Félix Arteaga, investigador principal del Real Instituto Elcano, en Las Mañanas de RNE con Josep Cuní. Arteaga advierte de que esta situación es muy delicada para los europeos: "Van a tener que asumir su responsabilidad de defensa y seguridad, la de Ucrania y de la OTAN en Europa sin preparación y sin un plan de transición progresivo".

Sobre la futura posición de Ucrania, el entrevistado dice que hay que esperar a saber los resultados de las negociaciones, pero saca algo en claro: "Lo que queda tocado tras los anuncios del presidente norteamericano es la coherencia dentro de la OTAN, la confianza en los Estados Unidos como garante de los acuerdos que ha mantenido en los últimos años con Ucrania, y esa disminución de credibilidad está aquí para durar". El entrevistado incide en que las decisiones de Trump en el contexto de la guerra de Ucrania también están contribuyendo a blanquear imagen de Putin pues, mientras que antes estaba excluido como interlocutor con Occidente, ahora pasa a ser "un interlocutor indispensable".

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, reconoce que no ha sido agradable enterarse de que Trump habló con Putin antes que con él. No es una cuestión solo de cortesía, dado que el mandatario está intentando no quedarse fuera de las negociaciones que el líder estadounidense pretende entablar con el ruso. Zelenski también ha pedido que participe Europa, y dice que no aceptará una solución a la guerra que no cuente con Kiev. Este movimiento es arriesgado, porque Estados Unidos ha dejado saber que podría cortarle la ayuda militar a Ucrania si el país se desentiende de un eventual acuerdo alcanzado entre Washington y Moscú. En las calles de Kiev. la exclusión de Ucrania preocupa a unos ciudadanos cansados de la guerra y que cada vez desconfían más de los líderes políticos internacionales.

Más de la mitad de las ucranianos lleva meses deseando un fin negociado de la guerra, según reflejan las encuestas desde finales del año pasado. Hasta entonces, eran más los que querían que el conflicto continuara, pero en Kiev a muchos les choca que Estados Unidos pueda ahora decidir sobre su futuro sin contar con ellos. "Creo que el plan de Trump es terrible", explica a TVE Diana desde Kiev. A otros no les importa tanto quién hable, sino que se ponga fin al conflicto.

Foto: EFE/EPA/SERGEY DOLZHENKO

El deseo de Donald Trump de hacerse con Groenlandia ha puesto de manifiesto la pugna cada vez menos soterrada que libran potencias como Estados Unidos, China y Rusia por controlar el Ártico. ¿Qué impacto ha tenido la guerra de Ucrania en esa batalla? Lo analizamos con Pilar Requena, periodista de TVE y autora del documental 'Svalbard, deshielo y tensión', que analiza la situación de este archipiélago bajo soberanía noruega, el lugar habitado más al norte del planeta, y una pieza geoestratégica fundamental en la carrera por el Ártico.