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Hace 1.000 días, las tropas rusas entraron en Ucrania, en una operación que Moscú pensó que apenas duraría unos cuantos días y que, sin embargo, se ha ido transformando en una guerra de desgaste. Ucrania logró expulsar a los rusos de Kiev y del norte tras meses de conflicto, y recuperó los territorios de Járkov y Jerson. Pero no pudo avanzar en el sur y ahora sufre de nuevo el empuje de Rusia en casi toda la línea de contacto.

La guerra también ha forzado cambios. Rusia ha sustituido a ministros y generales, ha usado y prescindido de mercenarios, ha movilizado a parte de su población, y ha tenido que recurrir a sus aliados China, Irán y Corea del Norte para surtir arsenales y filas. Ucrania también ha cesado a mandos militares y políticos. Zelenski ha suspendido las elecciones, ha instaurado el reclutamiento forzoso y ha logrado que sus aliados le envíen armas prohibidas al inicio de la invasión. Ya son más de 100 mil millones de dólares el armamento suministrado, como los misiles ATACMS que ahora Ucrania dispara contra Rusia.

Ni Rusia ni Ucrania reconocen las decenas de miles de soldados que han perdido. El grueso del sufrimiento lo sigue pagando la población ucraniana, con 12.000 civiles muertos y 14 millones de desplazados, de los cuales seis millones se han ido del país sin saber cuándo o qué se van a encontrar si un día vuelven a casa.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha pedido al Europarlamento que continúe el apoyo a Ucrania tras mil días de guerra. "Ahora es el momento de presionar más duramente a Rusia. Mientras sigan adelante las exportaciones de petróleo, Putin se mantiene viso. Las sanciones fuertes contra Putin son esenciales", ha declarado Zelenski en una intervención por videoconferencia ante la Eurocámara.

Foto: NICOLAS TUCAT / AFP

¿Qué ha pasado, qué está pasando y qué puede pasar en Ucrania después de 1.000 días de guerra? Lo analizamos con Christian Villanueva, director de la Revista Ejércitos, en este capítulo especial en el que, además, escuchamos las historias de dos matrimonios hispano-ucranianos que han recorrido caminos completamente opuestos desde que empezó el conflicto: Javier Larrauri y Olga Pronchuk vivían en Ucrania y desde que estalló la guerra residen en Alicante; Javier Espárrago y Natalia Kolomiiets, vivían en Dinamarca y decidieron regresa a Ucrania hace unos meses.

Biden permitirá a Ucrania usar armas estadounidenses para atacar a Rusia dentro de su territorio: "El cambio de postura se produce después de que Moscú incorpore soldados norcoreanos a su guerra", explica María Carou, corresponsal en Estados Unidos de RNE. En Las Mañanas con Josep Cuní, el coronel retirado que fue agregado de defensa en Rusia y Ucrania, Manuel Morato, considera que este movimiento "sin duda alguna es una escalada" y una forma de demostrar que Biden "quiere demostrar que el empeño de Estados Unidos es apoyar a Ucrania". Morato piensa que se ha ido aumentando la escalada desde el comienzo de la guerra:" Desgraciadamente, Ucrania no está ganando y eso no es bueno para las ucranianos, pero las consecuencias las estamos pagando en Europa", argumenta y añade: "Y las vamos a pagar. El final no es nada halagüeño ni siquiera pensando en lo que pueda ocurrir con Trump".

El también director del Instituto de Debate y Análisis de Políticas de Seguridad dice en RNE que Estados Unidos "puede dar marcha atrás en cualquier momento y no pierde mucho, pero los actuales líderes europeos lo tienen muy complicado".

Escucha la entrevista completa en RNE Audio.