¿Güiza o Cesc para cubrir el hueco de Villa?

El delantero de la selección española David Villa se lamenta de una jugada fallada ante Italia durante la primera parte del partido de cuartos en Viena.

Lanzó un falta desde fuera del área. Mientras el balón volaba hacia la portería rusa, Villa ya se había llevado la mano a la parte de atras de su pierna derecha. Se había lesionado. En ese momento a España se le complicaba el partido, y sin saberlo todavía, también la final.

Villa, ya desde el banquillo, saltó  empujado por la euforia para celebrar los tres goles de sus compañeros, pero al terminar del partido, Luis Aragonés reconocía en zona mixta que es casi imposible que el asturiano llegue a tiempo para jugar la gran final contra Alemania.

Sin Villa, que opta al pichichi del torneo, España pierde a su hombre con más gol, y además, se ve sumida en un importante debate que puede condicionar la forma de jugar su partido más importante en las últimas décadas.

Debate pre-final

Las posibilidades son jugar con dos delanteros, Torres y Güiza, o con un único delantero, presumiblemente Torres, y por detrás Cesc como enganche.

Jugar con Güiza permite fijar a la defensa rival y da más libertad a Torres para bajar a recibir y encarar con espacio, tal y como le gusta a él.  La defensa alemana peca de lenta y Güiza podría buscar huecos para colarse entre ellos y aprovechar los rechaces que puedan salir de los lanzamientos del batallón de buenos tiradores que tiene la selección en el centro del campo.

La otra variante, la de Fábregas, da mayor fluidez al juego e introduce en el campo a uno de los mejores pasadores del continente, que además, tiene mucho gol desde fuera del área. Es una posición que conoce bien y con la que ha brilado mucho en el Arsenal inglés. Él mejor que nadie, puede ponnerle los balones al hueco que necesita Torres para exprimir su velocidad.

Los dos, ni Güiza ni Fábregas han disfrutado de la titularidad en esta Eurocopa, pero cada uno a su manera han firmado goles y buenas actuaciones que sirven de motivos para reclamar más protagonismo. Luis, poco amigos de hacer cambios revolucionarios en el once,  les ha utilizado a los dos como revulsivos para las segundas partes. Ahora, uno de los miembros de esta pareja pasará de ser un recambio de lujo a una pieza más de una máquina llamada a hacer historia.