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Sarkozy irá a la inauguración de los Juegos de Pekín

  • Había condicionado su presencia a los avances en el diálogo entre China y el Dalai Lama
  • El llamamiento al boicot de los activistas pro derechos humanos empieza a 'desinflarse'

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El presidente francés, Nicolas Sarkozy, asistirá finalmente a la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Pekín. Según ha confirmado su oficina, lo hará en representación de su país y la Unión Europea, pues Francia ocupa la presidencia de turno.

El líder galo aclara así su postura después del accidentado paso de la antorcha olímpica por París, que fue interrumpido por activistas a favor de los derechos del Tíbet. Sarkozy condicionó entonces su presencia a los avances en el diálogo entre las autoridades chinas y el Dalai Lama.  

El presidente francés le ha dado la 'buena nueva' a su homólogo chino, Hu Jintao, durante una entrevista bilateral que han mantenido en Toyako (Japón), donde se celebra el encuentro de los líderes de los países más ricos del mundo.

Según el el Elíseo, el presidente francés ha subrayado en la reunión los valores de "paz, amistad y fraternidad" que van asociados a los Juegos Olímpicos. También ha expresado "la voluntad de Francia de continuar profundizando su relación con China, su socio estratégico, en todas sus dimensiones", apunta el comunicado divulgado en Japón a los medios que cubren la cumbre del G8.

El 'boicot' se desinfla

A raíz de la violenta represión de las manifestaciones en el Tíbet el pasado marzo, los activistas pro derechos humanos habían pedido a los líderes mundiales que boicoteran la inauguración de los Juegos de Pekín.

Sin embargo, muchos mandatarios han hecho caso omiso al llamamiento. Bush confirmó hace unos días su asistencia a la inauguración de los Juegos. Como él, también estarán, por ejemplo, el primer ministro australiano y sus homólogos de Finlandia, Japón, Holanda o Suiza.

Por contra, no asistirán el secretario general de Naciones Unidad, Ban Ki-moon, la canciller alemana, Angela Merkel y los primeros ministros de Canadá, Polonia y Nueva Zelanda.

Gordon Brown ha optado por el camino de en medio: sólo asistirá a la ceremonia de clausura.