Kawasaki abandona el Mundial de MotoGP
- La escudería Ninja es una nueva víctima de la crisis en la industria del motor
- Los pilotos John Hopkins y el italiano Marco Melandri se quedan sin equipo
La crisis económica y financiera se ha cobrado otra víctima en el mundo del motor. La escudería japonesa Kawasaki ha anunciado su retirada del Mundial de MotoGP para la próxima temporada.
La decisión deja en la cuneta a sus pilotos, el estadounidense John Hopkins y el italiano Marco Melandri, recién llegado desde Ducati al equipo Ninja en sustitución del australiano Anthony West, que no renovó su contrato.
De la misma manera que en los últimos precedentes, el abandono de Kawasaki es consecuencia tanto de la situación financiera de la marca como de los malos resultados cosechados en la pasada temporada.
Hopkins y West, sus pilotos en el Mundial de 2008, concluyeron la temporada en la parte baja de la tabla, 16º y 18º respectivamente, sumando tan sólo 57 y 45 puntos. La mejor clasificación que obtuvieron fueron sendos quintos puestos, en el GP de Portugal -Hopkins- y en la República Checa -West-. En todo el año, sólo han conseguido acabar entre los diez primeros en nueve ocasiones.
Otra víctima de la crisis del motor
La de Kawasaki es otra ficha que cae en el dominó de la crisis económica, que está haciendo especial daño en la industria automovolística, y que se ha cobrado todas sus víctimas deportivas hasta la fecha en Japón.
El pasado 4 de diciembre, Honda fue la primera en anunciar su retirada del Mundial de Fórmula Uno y la puesta en venta de su plaza, debido a la caída de ventas, que le impedía asumir un año más los 390 millones de euros que le exige su presupuesto. Aun así, la escudería nipona confirmó que mantendría su presencia en la parrilla de MotoGP, con su equipo oficial -que sólo cambia a Hayden por Dovizioso- y tres formaciones privadas.
Pocos días después, y con apenas veinticuatro horas de diferencia entre sí, Suzuki y Subaru anunciaron su marcha del Mundial de Rallys.
Puede que Kawasaki no sea la última, pero su anuncio pone en compromiso el desarrollo de un Mundial que, menguado en su número de participantes, se enfrenta también a la necesidad de cambiar el reglamento para reducir el coste de los equipos 'supervivientes'.