Fernando Torres, querer y no poder
- El delantero, falto de ritmo, acusa la falta de partidos y lo paga con precipitación
- Del Bosque deberá recuperar el ánimo y estado físico de su '9'
- Ver también: Mundial 2010 | Selección española
Sólo marcó dos goles pero fue el gran héroe de España en la Eurocopa de 2008. Su último tanto en aquel campeonato será, con permiso de Zarra y Marcelino, el más recordado en la historia de la selección. Un peso glorioso que esperemos no se convierta en una losa para Fernando Torres.
El delantero del Liverpool es el jugador más mediático de la 'Roja' en Sudáfrica. Los ciudadanos sudafricanos le adoran y revientan los tímpanos con sus 'vuvuzelas' cuando el español entra en acción. Sin embargo, el fuenlabreño todavía no ha podido responder a tanta expectación y la presión por agradar le está pasando factura.
Tras una temporada trufada de lesiones, Torres ha llegado a la cita mundialista con el tiempo justo, recién recuperado de su lesión de rodilla, y con más ganas que forma física. Con más ansia que precisión. Después de su regreso en el amistoso ante Polonia, donde se reencontró con el gol y se mostró ambicioso en todas y cada una de sus intervenciones, Torres se ha estrellado consigo mismo en el debut contra Suiza.
Del Bosque le dio entrada en la segunda mitad, en busca de un revulsivo para darle la vuelta al 0-1 en contra. Junto a él salió Navas, que encauzó el 80% de las acciones ofensivas españolas hasta el final del partido. El resto pasaban por Villa y Torres. El 'guaje' fue de menos a más y con la entrada de su 'socio' en la delantera, aprovechó para descolgarse a la banda izquierda y crear espacios para el 'Niño'.
Pero el 'Niño' no estaba fino, se le notó precipitado, ansioso. En un momento crucial del partido, cuando la teoría del 'visteme despacio que tengo prisa' alcanza su grado máximo, Torres se apresuró en sus intervenciones y se apuntó a la falta de contundencia general de la 'Roja', el punto negro de la selección en su debut.
A pesar de que sale de una lesión, todos esperábamos al mejor Torres, al mismo Torres que regresó de su primera lesión de la temporada y anotó ocho goles con el Liverpool, donde ha acabado la temporada con 18 tantos en 22 partidos.
Tiempo para la mejora
No obstante, la Eurocopa que le encumbró también estuvo a punto estuvo de crucificarlo. Entonces se le criticó su escasez goleadora, hasta que nos regaló el tanto de la final. No 'mojó' en el espectacular debut contra Rusia, pero consiguió venirse arriba y convertirse en un hombre fundamental para Luis Aragonés, su padre futbolístico.
En Sudáfrica no está el 'sabio', pero sí Del Bosque, un entrenador que confía ciegamente en él y que deberá plantearse qué hacer con una delantera incapaz de crear una sola ocasión clara de gol ante Suiza. A pesar de las innumerables oportunidades, sólo Piqué y Xabi Alonso, con su imponente derechazo al larguero, lograron inquietar a Benaglio.
El regreso a la dupla ofensiva es una de las posibles variantes que podría utilizar el salmantino ante Honduras, aunque para entonces tendrá que trabajar duro en el vestuario para recuperar la ilusión de una selección 'tocada' y calmar las prisas de un delantero eléctrico que necesita minutos, confianza y, sobre todo, paciencia de cara al gol.
Recuperar a Fernando Torres puede ser crucial para el futuro de España en Sudáfrica, sobre todo después de la incertidumbre que provoca la lesión de Iniesta. Antes de echarse las manos a la cabeza, Del Bosque sabe que tiene tiempo y partidos para encauzar un mal comienzo y rescatar a una de sus piezas clave. España, y los sudafricanos, le esperan.