Gloria eterna al cara a cara Vingegaard-Pogacar
- La rivalidad de los dos bicampeones del Tour ha deparado una 110ª edición para el recuerdo en el aficionado
- El ciclismo español ha sido protagonista gracias a la salida en País Vasco, a las tres victorias y a Carlos Rodríguez
Con la foto de Jonas Vingegaard (Jumbo) luciendo el amarillo, escoltado por Tadej Pogacar (UAE) y Adam Yates (UAE), en el podio de los Campos Elíseos se da carpetazo a la 110ª edición del Tour de Francia. Y un año más se ha constatado por qué la carrera francesa es la considerada como la carrera por etapas más importante del mundo ciclista.
Lo es, por encima de todo, porque es capaz de enganchar al deporte de la bici a aquellos telespectadores que no hayan visto nunca una etapa. Y esto se debe a varios factores:
El cara a cara Vingegaard-Pogacar
A lo largo de la historia del deporte se han vivido duelos directos en diferentes modalidades que han hecho afición, ahí están los casos de Ali-Frazier, Borga-McEnroe, Magic Johnson-Larry Bird, Senna-Prost, Federer-Nadal o el Rossi-Marquez.
En ciclismo también se han vivido situaciones similares: Anquetil-Poulidor, Fignon-Lemond o el que tal vez más dividió en su época a los aficionados: Coppi-Bartali.
Que dos ciclistas capaces de sumar ya dos Tours de Francia cada uno en su palmarés se miren a los ojos y se ataquen uno a otro sin ningún miramiento, en el terreno que haga falta, es una bendición por la cual hay que dar gracias.
Hasta en la última etapa, en esa que sirve para pasear y rendir honores hasta que los sprinters se aprietan los botines tras el toque de campana, lanzó su intentona Pogacar retando a todo el pelotón. Es impagable el espectáculo.
Un recorrido al estilo Vuelta
Otro de los factores por el que se recordará este Tour de Francia 2023 es lo acertado del recorrido. Por primera vez en muchos años, la ronda gala apostó por una primera semana con grandes dosis de ascensiones en detrimento de sus tradicionales etapas llanas orientadas a una llegada masiva.
Además de ahorrarse la imagen clásica de las montoneras en el asfalto —y sus consecuentes daños físicos— se ha podido vibrar desde el primer día con la implicación de los gallos de la carrera.
La media montaña por tierras vascas, los Pirineos desde la quinta jornada y el regreso al Puy de Dome tildaron de inolvidable la primera semana.
El resurgir del ciclismo español
Habían pasado muchos años desde la última vez que el ciclismo español había sido tan protagonista como en esta 110ª edición, probablemente desde los años en los que Contador llegaba de amarillo a París.
Por si fuera insuficiente lo vivido en la Gran Depart de Bilbao y las tres etapas vascas, sumemos las tres victorias de etapa —algo que no sucedía en un Tour desde hacía 15 años—. España venía de cinco años de sequía en triunfos parciales y con las hazañas de Pello Bilbao, Ion Izagirre y Carlos Rodríguez nos hemos podido embriagar a champagne.
Además, los quinto y sexto puestos definitivos en la general para Carlos Rodríguez y para Pello Bilbao ilusionan y mucho de cara al futuro. Lo de Pello es un premio a una carrera que ha derrochado trabajo y constancia, los de Carlos es, sencillamente, para frotarse los ojos.
El ciclista de Almuñecar ha conseguido finalizar entre los cinco mejores de la carrera en su debut en el Tour, con tan solo 22 años. A la hazaña hay que añadir que se llevó la victoria en una de las etapas reinas —robándosela a dos caníbales como Jonas y Tadej— y que peleó por el tercer puesto del podio hasta un penúltimo día en el que una caída le lastró las opciones y le llenó de tiritas el cuerpo de cara a las fotos de París.
La correspondencia del público
Todo lo expuesto anteriormente no se podría catalogar de histórico si no fuera correspondido con el apoyo del público.
Tras las ediciones marcadas por la pandemia Covid-19, las cunetas han vuelto a llenarse a manos llenas. Las tres primeras etapas en el País Vasco marcaron la pauta.
Por la televisión el seguimiento ha sido igualmente extraordinario. En España, la apuesta de RTVE por devolver al Tour a La 2 y La 1 ha sido un éxito y los datos de audiencia a través de la plataforma RTVE Play no han tenido precedentes similares.