Birmania continúa exportando arroz mientras la población padece penurias
Birmania sigue exportando arroz a pesar de las graves dificultades para el reparto de la ayuda a los afectados por el ciclón Nargis, según Los Angeles Times. Además, se suceden las denuncias contra el régimen.
El periódico estadounidense informa de que las autoridades siguen permitiendo la exportación de arroz, a pesar del urgente llamamiento de la comunidad internacional para destinar ayuda humanitaria al país. Según una crónica datada en Thilawa, el principal puerto del país, al menos diez camiones han cargado en las últimas sacos de arroz con destino a Bangladesh.
Por otra parte, un convoy de ayuda humanitaria ha sido atacado y saqueado por miembros de una organización paramilitar afín al régimen, y que participó en la represión de las protestas lideradas por los monjes budistas el pasado septiembre. Mientras.
La nueva denuncia tiene lugar después de que la ONU suspendiera por unas horas sus envíos de ayuda por el bloqueo de una partida de ayuda en Rangún.
Armados con porras y cuchillos, varios integrantes de Swan Ar Shin, una "milicia patriótica" financiada por la Junta Militar, han asaltado los vehículos de una ONG no identificada y se han apropiado de parte del arroz que iban a repartir a los damnificados.
Testigos citados hoy por la publicación disidente The Irrawaddy han indicado que el suceso tuvo lugar hace dos días en el municipio de Thanlyin, al sur de Rangún, la mayor ciudad del país.
Al parecer, los matones no se llevaron todo el alimento y dejaron un poco para la Asociación para el Desarrollo y Solidaridad de la Unión (USDA), la milicia proguberamental más relevante. y que desea convertirse en partido político para presentarse a las futuras elecciones, según el plan de "democratización" de la Junta cuyo primer paso es la aprobación de una Constitución redactada por el régimen que es sometida a votación en un referéndum que se lleva a cabo hoy en gran parte del país a pesar de la tragedia.
Un cooperante ha denunciado que hay que pedir permiso y entregar parte de los víveres al USDA para poder acceder a las zonas afectadas.
La USDA, una milicia de unos 24 millones de afiliados auspiciada por la Junta Militar, es empleada por ésta para intimidar a opositores y colaboró activamente en la represión de las protestas a favor de la democracia del pasado septiembre, que causaron más de 200 muertos, según la disidencia.
Al menos 23.000 personas han muerto, 42.000 están desaparecidas y un millón y medio han perdido sus hogares, una semana después del azote del ciclón, mientras el régimen sigue ocultando a la población la magnitud de la catástrofe y mantuvo la celebración del referéndum constitucional en la mitad norte del país.