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Álvaro Uribe y Hugo Chávez se ven las caras tras ocho meses de desencuentros

  • Chávez y Uribe se reunirán en el Centro de Refinación de Paraguaná, a 500 kilómetros de Caracas
  • Los dos países buscarán zanjar la crisis surgida en torno al conflicto con las FARC

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Los gobernantes de Venezuela, Hugo Chávez, y de Colombia, Álvaro Uribe, intentarán este viernes pasar página a la crisis bilateral iniciada hace ocho meses, con una reunión en la que acentuarán los aspectos "coincidentes" entre Caracas y Bogotá a fin de retomar y potenciar la cooperación.

Chávez y Uribe se reunirán en el Centro de Refinación de Paraguaná, a 500 kilómetros al oeste de Caracas, para zanjar la crisis surgida en torno al conflicto con las FARC, que incluyó declaraciones oficiales altisonantes, el retiro temporal de los embajadores y la suspensión parcial del comercio fronterizo.

Está previsto que los gobernantes tengan al mediodía una reunión privada y un almuerzo, para luego firmar una Declaración Conjunta y un acuerdo en materia de transporte, y cerrar la cita con una rueda de prensa conjunta.

"Como a un hermano"

Al confirmar la semana pasada su encuentro con Uribe, el primero bilateral desde finales de 2007, Chávez afirmó que lo recibirá como un "hermano", tras reconocer que se han dicho "cosas muy duras".

Incluso anoche, en un acto proselitista, Chávez reprochó a sus aliados del Partido Comunista por apoyar una manifestación contra Uribe frente al Consulado colombiano en Caracas.

"Yo invito al presidente de Colombia para darle la mano, para buscar la integración respetando las particularidades (...) estamos obligados a entendernos con el gobierno que haya en Colombia. ¡Yo soy un Jefe de Estado y como tal tengo que actuar!", ha declarado Chávez.

Una crisis por las FARC

La crisis bilateral comenzó a finales de noviembre pasado, cuando Uribe puso fin a la mediación oficial para el intercambio humanitario de rehenes de las FARC por guerrilleros encarcelados que desde hacía cuatro meses cumplía Chávez junto a la senadora colombiana opositora Piedad Córdoba, por diferencias con sus gestiones.

Pero la máxima tensión se registró tras el ataque colombiano a un campamento de las FARC en Ecuador el 1 de marzo, que Chávez calificó de "violación a la soberanía" y que motivó el traslado de 10 batallones venezolanos a la frontera con Colombia, de 2.219 kilómetros.

El comercio y la energía centrarán la reunión de, según el embajador colombiano en Caracas, Fernando Marín Valencia, quien ha preferido no precisar los puntos políticos de la agenda argumentando que los maneja directamente Uribe.

Precisamente, entre los asuntos políticos que enturbian la relación bilateral está el de los ordenadores que las tropas colombianas decomisaron del campamento del segundo jefe de las FARC, "Raúl Reyes", muerto en el ataque, que supuestamente revelarían nexos entre ese grupo rebelde y los gobiernos de Venezuela y Ecuador, lo que ha sido rechazado por Caracas y Quito.

En busca del diálogo

El canciller venezolano, Nicolás Maduro, ha afirmado este miércoles que el encuentro presidencial servirá para "conversar francamente", "reencontrarse desde el punto de vista político",  y para "restablecer un diálogo constructivo" con Bogotá.

Según añadía, por su parte, el embajador colombiano, los gobernantes abordarán temas como el comercio bilateral -que se acercará los 6.000 millones de dólares este año- la eventual participación de la estatal Ecopetrol en la rica Faja petrolífera del Orinoco, y la construcción de un ferrocarril que una a Venezuela y Colombia con Ecuador.

Las tensiones bilaterales comenzaron a remitir en marzo, en la reunión del Grupo de Río, cuando Chávez y Uribe se estrecharon las manos en un gesto simbólico.

Uribe llegará a Venezuela políticamente fortalecido tras el rescate en una operación militar, la semana pasada, de 15 rehenes de las FARC, entre ellos Íngrid Betancourt, a juicio de analistas venezolanos. Los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez, y de Colombia, Álvaro Uribe, intentarán este viernes dejar atrás las diferencias que hace ocho meses provocaron una crisis diplomática, con una reunión en la que el comercio bilateral será el punto clave.