El FBI empieza a revelar las pruebas acumuladas en su investigación sobre los envíos de ántrax
- El principal sospechoso, un científico del Ejército, Bruce Ivins, se suicidó hace unos días
- Por el momento, solo las víctimas y algunos congresistas han tenido acceso al sumario
- Posteriormente, los detalles de la investigación se harán públicos
- Según las primeras filtraciones, Ivins disponía de la misma cepa de ántrax enviada en 2001
El FBI ha empezado a revelar las pruebas que ha acumulado, tras siete años de investigación, contra el científico militar Bruce Ivins, a quien considera responsable de los envíos de ántrax que en 2001 mataron a cinco personas e infectaron a otras 17, en el peor ataque biológico sufrido por Estados Unidos.
Por el momento, sólo han podido acceder a esas evidencias contra Ivins, que se suicidó hace unos días antes de que se le acusara de asesinato, los supervivientes de los ataques y las familias de las víctimas, que han acudido a la sede del FBI en Washington. Los agentes federales consideran que el caso está resuelto, aunque aún no está previsto cerrarlo.
Identificación de la cepa
Entre las pruebas recogidas en los más de 100 folios de documentación sobre el caso, figura un correo electrónico en el que Ivins advertía de que "los terroristas de [Osama] bin Laden" disponían de ántrax y gas sarín, además de incluir un lenguaje similar al que se utilizaba en las cartas que contenían la bacteria.
Además, se recoge que Ivins tenía una matriz de esporas de ántrax de gran pureza, que, según los análisis de ADN, son de la misma cepa utilizada en las misivas que se enviaron en 2001.
El director del FBI, Robert Mueller, ha mostrado a las víctimas las pruebas en una reunión a puerta cerrada. Después, han sido reveladas a una representación de la Cámara de Representantes, de forma que el último paso será hacer público el sumario de la investigación.
Según los agentes, esta se ha basado tanto en nuevas técnicas científicas, como en la tradicional labor de investigación, que ha incluido la vigilancia del sospechoso. "No se construye un caso basado solo en la ciencia, sino también en la actividad del sujeto", ha explicado uno de los investigadores. "Todo eso se ve en los documentos", ha añadido.
Su abogado asegura que Ivins era inocente
Ivins, de 62 años, era microbiólogo y trabajó en el desarrollo de una vacuna contra el ántrax, lo que valió una condecoración en 2003 por sus investigaciones, realizadas en el laboratorio de defensa biológica del Ejército en Fort Debrick, Maryland.
El pasado 29 de julio, murió tras una sobredosis causada por la ingestión de fármacos. Su abogado, Paul Kemp, asegura que su cliente era inocente y que así se demostrará en el juicio.
En este sentido, los medios estadounidenses han recogido numerosos testimonios sobre la presunta presión que han sufrido por parte de los agentes federales Ivins y su familia. El que las autoridades se viesen forzadas a pagar una indemnización de casi seis millones de dólares a Steven Hatfill, otro científico empleado por el Gobierno, tras concluir que la investigación contra él no se sostenía, no ha hecho más que alimentar el escepticismo ciudadano.
Los cartas con ántrax fueron enviadas poco después de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington a diversos medios de comunicación de Nueva York y Florida, así como a congresistas y senadores demócratas. Las víctimas del ántrax, que causa la enfermedad del mismo nombre, también llamada carbunco, recibieron correspondencia contaminada con esa bacteria desde el estado de Nueva Jersey.