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Últimas exhibiciones en Venecia, donde ya corren las quinielas para el León de Oro

  • Mickey Rourke aspira a la Copa Volpi por su papel en The Wrestler, de Darren Aronofsky
  • The hunt locker, de Kathryn Bigelow, cuenta la adicción que provoca la guerra
  • Ermanno Olmi recibe el León de Oro honorífico por su carrera como director
  • El mexicano Carlos Armella gana el premio de cortos con Tierra y pan

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'El luchador' lleva a la Mostra de Venecia a un recuperado Mickey Rourke

La Mostra de Venecia ha proyectado este viernes las últimas películas en competición oficial, entre las que destacan The wrestler, una historia de un luchador en decadencia, y The hurt locker, sobre la adicción a la guerra, mientras empiezan a circular las quinielas sobre el reparto de los premios del festival, que el jurado dará a conocer este sábado.

The wrestler, película del director neoyorquino de Darren Aronofsky y con Mickey Rourke como protagonista, demuestra que la historia del boxeador acabado aún funciona. Técnicamente Rourke no es un boxeador, sino uno de esos luchadores del espectáculo llamado wrestling (lucha libre), pero para la historia poco afecta esta variante, pues como explicó Rourke en rueda de prensa recoge el problema que se plantea a "cualquier atleta: es el momento de irme, ¿adónde voy?".

Además, para la perfección de la película ha resultado excelente que el atípico actor estadounidense se dedicara durante años al boxeo profesional tras su erótica historia con Kim Basinger en Nueve semanas y media (1986).

Por si fuera poco, Rourke reconoció que "desafortunadamente" tenía "muchos paralelismos" con el personaje, porque "hace 15 años tiró a la basura" su carrera. En cualquier caso, el filme le ha colocado entre los favoritos para la Copa Volpi al mejor actor de la Mostra al tiempo que afianza su carrera, que ya empezó a enderezarse con Spun (2002) y con Sin City, Ciudad del pecado (2005).

Adicción a la guerra

Por su parte, la directora Kathryn Bigelow ha presentado The hurt locker, otra película estadounidense sobre los monstruos que genera cualquier guerra, en este caso el de sus adictos.

El filme muestra el trabajo de una brigada estadounidense de desactivación de explosivos -formada por los actores Jeremy Renner, Anthony Mackie, Brian Geraghty y Christian Camargo- desplegada en Irak, partiendo de una premisa: "la excitación de la batalla es un arma letal, porque la guerra es una droga", según la descripción de un periodista estadounidense.

A partir de ahí, Bigelow recrea, de la forma "más exacta y fiel" que ha sabido, ha dicho en rueda de prensa, esa adicción a la guerra a través de un soldado voluntario que para sobrevivir necesita la adrenalina que crea la exposición a la muerte cada vez que desactiva una bomba.

Finaliza la competición

Del resto de películas en competición exhibidas este viernes, Il seme de la discordia,cuarto trabajo del italiano Pappi Corsicato, ha puesto el remache al clavo de las críticas contra el nacionalismo de la Mostra. Se trata de la tercera película italiana en competición producida por Mediaset, la compañía audiovisual de Silvio Berlusconi, a la postre presidente del Gobierno, y narra la historia de Verónica, a quien encarna la actriz Caterina Murino, quien se queda embarazada, presuntamente por una violación, con tan mala fortuna que lo anuncia el mismo día que el marido conoce que es estéril.

Pero, en lugar de reflexionar sobre la violencia doméstica al tener como personaje principal a un maltratador de manual, Corsicato no habla de los traumas de la violación o el aborto, sino del amor y la fidelidad en la pareja. "Son asuntos importantes que Corsicato trata a su forma, que es la ligereza", se ha justificado en rueda de prensa Murino, aunque ha comentado que "le había costado" comprender esa forma de hacer cine.

También se ha podido ver en competición oficial la película Gabbla, con la que el francoargelino Tariq Teguia relata la historia de un topógrafo, Malek, interpretado por Abdelkader Affak, que tiene la misión de informar acerca de la prolongación de una línea eléctrica, pero que una vez en el lugar encuentra a una inmigrante clandestina y quiere ayudarla a cruzar la frontera camino de España.

Homenaje a Ermanno Olmi

Al margen de la sección oficial, el festival ha homenajeado al cineasta italiano Ermanno Olmi, que ha recibido -de manos de su amigo Adriano Celentano- el León de Oro a toda su carrera, en la que destacan títulos como El árbol de los zuecos o La leyenda del santo bebedor, que reflejan la realidad desde el punto de vista de las clases menos favorecidas.

Nacido en Bérgamo hace 77 años y heredero directo, ya casi el único, del neorrealismo italiano, Olmi ha recordado en una comparecencia ante la prensa inusualmente íntima cómo ese cine sacó a la cultura "del pantano en el que estaba, en ese estado absolutamente parado y fuera de la realidad". Así, Rossellini y Vittorio de Sica, primero, y Pasolini y él después, se atrevieron "a contar la realidad de la que procedían".

Olmi, en concreto, vivió la realidad rural y católica de su país y supo captar con especial lirismo, sin renunciar al realismo, la vida en el campo. "Soy un aprendiz del descubrimiento del mundo, de su silenciosa magnificencia", ha subrayado.

El premio de cortos, para Tierra y pan

Por último, el cortometraje mexicano Tierra y pan, de Carlos Armella, ha ganado el León de Oro "Corto Cortissimo". El jurado ha reconocido los méritos del filme que "ante todo, es corto, y que, en muy pocos minutos [ocho], en el mismo espacio y en casi la misma toma, cuenta una historia dramática de soledad".

El premio lo ha recogido su compatriota, el director Eugenio Polgovsky, que presentó en el festival Los herederos y habló en nombre de Armella. "Se siente extremadamente feliz, quiere dedicar este premio a toda la gente que ha trabajado en la película y al festival", ha señalado.

Desde México, Carlos Armella ha declarado a Efe sentirse "sorprendido y muy contento. No se podía pedir nada mejor", ha comentado.