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Madonna se hace gitana en Sevilla

  • La reina del pop encandila a más de 50.000 espectadores con música romaní
  • Ha homenajeado a la cultura española entonando sus canciones 'Spanish lessons' y 'La isla bonita'
  • El espectáculo ha estado trufado de referencias a sus ídolos políticos y a su trayectoria musical
  • El Estadio Olímpico no se ha llenado, aunque el concierto ha dejado ocho millones de euros en la ciudad

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Madonna no defrauda a los 50.000 fans que la han visto en Sevilla

Una reina del pop a ritmo gitano. Así se ha presentado Madonna ante las cerca de 50.000 personas que han asistido a su concierto en el Estadio Olímpico de Sevilla, a las que  ha hecho enloquecer con varios temas de inspiración flamenca que el público ha jaleado con palmas al son de los músicos rumanos que integran el elenco de su gira mundial Sticky & Sweet.

Tras su exitosa actuación en Lisboa, la artista se ha presentado con una escenografía con pantallas de vídeo tridimensionales en las que se rendía un homenaje a la vida de los gitanos, la cantante estadounidense ha agradecido la entrega de su público y no ha dudado en marcarse algún baile flamenco y en decir "te amo" en español.

Admiración por España

Mientras sus miles de seguidores palmeaban las interpretaciones de Spanish Lesson o La Isla Bonita, Madonna se contoneó con movimientos flamencos y animó a sus músicos con algún "ándele" mexicano.

Las imágenes de gitanos en India andando con sus carros por el campo se sucedían en las enormes pantallas instaladas en el escenario mientras la diva actuaba en la sección que ella misma denomina gipsy, la tercera de las cuatro en las que se divide el concierto de dos horas.

A pesar de que la mayoría de las entradas para el concierto en Sevilla se han vendido fuera de la ciudad, los foráneos también conectaron con la vena "gitana" de la artista, que en España ofrecerá otro concierto, el 18 de septiembre en Valencia, en el circuito Ricardo Tormo, de Cheste.

La artista estadounidense, de 50 años,  ha mantenido vínculos con España y no ha ocultado nunca su admiración hacia españoles, como el actor Antonio Banderas o el torero sevillano Emilio Muñoz, con el que realizó en la década de los 90 el videoclip Take a Bow.

En Sevilla, que estos días celebra la Bienal de Flamenco, la cantante bailó sobre un descapotable blanco, saltó a la comba y sorprendió al público, de todas las edades, con los juegos de luz y sonido que le acompañan, hasta el punto de que cada canción parecía un videoclip.

La sueca Robyn y el pinchadiscos español Wally López actuaron como teloneros de Madonna, que con 25 años en los escenarios y tres hijos, desplegó su poderío físico cultivado en el gimnasio y no paró de bailar y de exhibirse en las dos horas que duró el espectáculo.

Repaso a su trayectoria

Cantó 22 canciones, las más conocidas y las de su último trabajo, Hard Candy, siempre acompañada de imágenes suyas de ayer y hoy y con referencias a sus inclinaciones políticas, como al candidato demócrata Barak Obama, a Teresa de Calcuta o Mandela.

La actuación estuvo repartida en cuatro partes diferenciadas, la citada gipsy, otra denominada Pimp, un homenaje al Art Deco de los 20; Old School, un recuerdo a sus primeros años en Nueva York, y Rave, una incursión en el mundo futurista con influencias del lejano Oriente.

Las pantallas superpuestas en forma de cubo, otras circulares en cuyo interior interpretó algún tema y otros juegos digitales dotaron la actuación de una espectacularidad desconocida en los escasos conciertos que se celebran en Sevilla.

La actuación, que ha generado en la ciudad unos ingresos de unos ocho millones de euros en la ciudad según los hosteleros, se incluye en la gira mundial de Madonna, que comenzó el 23 de agosto en Cardiff (Gales) y acabará en diciembre en Brasil.

Los organizadores no han concretado el número de entradas vendidas, que no alcanzaron las 63.000 puestas a la venta, como se pudo comprobar por la cantidad de reventas que se quedaron con localidades sin vender.