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Barack Obama advierte de que lo peor de la crisis económica está por llegar

  • Tras el mal dato del empleo, alerta de que "es probable que vaya a peor antes de mejorar"
  • Bush, por el contrario, asegura que "hay signos alentadores" en la reactivación del crédito
  • Wall Street, al contrario que las bolsas europeas, ha subido un 3,09%

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El presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama, ha lanzado este viernes una seria advertencia sobre la situación económica estimando que lo peor aún está por llegar, después de que el paro alcanzara en Estados Unidos niveles de hace 15 años. "No hay arreglos rápidos o fáciles parta esta crisis, que se ha forjado durante muchos años, y es probable que vaya a peor antes de mejorar", ha señalado en un comunicado.

Pese a todo, la Bolsa de Nueva York ha cerrado al alza -en contraste con las bolsas europeas-, con una subida del 3,09% en el principal índice, el Dow Jones de Industriales, que ha cerrado con 8.365,42 puntos. El Nasdaq ha ganado un 4,41% y el Standard & Poor's, un 3,65%.

El realismo de Obama contrastaba con la actitud del todavía presidente, George W. Bush, quien ha asegura percibir "signos alentadores", pese a manifestarse preocupado por la pérdida de empleos. "Estamos trabajando para estabilizar los mercados y que el crédito esté más asequible y disponible", ha indicado Bush.

"El crédito se está empezando a mover. Un mercado que estaba congelado se está descongelando. Hay mucho trabajo por hacer, pero hay signos alentadores", ha insistido Bush.

Obama, por su parte, se ha mostrado menos entusiasta y ha recordado que la economía ha perdido dos millones de puestos de trabajo en el último año. "Es el momento de responder con premura para que la gente vuelva a trabajar y nuestra economía se vuelva a mover", ha recalcado.

El presidente electo pretende impulsar un segundo plan de ayudas, después del que aprobó el Congreso por valor de 700.000 millones de dólares, con el fin de estimular el crecimiento económico, en contra de la opinión de Bush, que se sigue mostrando reticente a entregar el dinero de los contribuyentes al sector privado.

Especialmente delicada es la situación de un sector estratégico, el de la fabricación de automóviles, que aporta el 4% del PIB estadounidense y el 10% del empleo. Las tres principales compañías, Ford, General Motors y Chrysler, han vuelto este viernes al Congreso para solicitar ayudas públicas que les permitan sortear la crisis, de momento con poco éxito.