Obama deja atrás la "era Bush" con sus primeras decisiones
- El cierre de Guantánamo simboliza el cambio respecto a su predecesor
- Obama ha pedido a los militares que planifiquen una marcha responsable de Irak
- La diplomacia multilares prevalecerá sobre la acción militar unilateral en su mandato
Los primeros síntomas del cambio en Estados Unidos han empezado a sentirse cinco días después de la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca.
Las primeras declaraciones, decisiones y órdenes del nuevo presidente norteamericano han empezado a romper con ocho años de política republicana y con algunas de las decisiones más impopulares de su predecesor, George W. Bush.
A la espera de revisarlas, Obama decidió en sus primeras horas en la Casa Blanca congelar las medidas aprobadas a última hora por Bush. Además, pidió a los jueces de Guantánamo la suspensión de los juicios durante 120 días contra los sospechosos de terrorismo detenidos en esta prisión.
El cierre de Guantánamo antes de un año, que certificó este jueves, fue el primer signo que Obama envió a los estadounidenses y a la comunidad internacional de que la etapa Bush había quedado atrás.
Congelación de salarios en la Casa Blanca
En el apartado económico, y ante la situación de crisis y desempleo que vive Estados Unidos, el nuevo presidente congeló de un plumazo los salarios de un centenar de funcionarios de la Casa Blanca que cobraraban más de 100.000 dólares.
Además, en base a su promesa de gobernar con transparencia, exigió a todos los organismos gubernamentales que cumplan la Ley de Libertad de información, e impuso límites a los cabilderos.
En otro mensaje claro de que pretende revertir algunas de las políticas más impopulares de Bush, el presidente Obama pidió a los responsables militares planes adicionales para una marcha responsable de Irak y revisar por completo la situación en Afganistán.
En el plano económico, se reunió con su equipo, lo que hará a diario, e inició una intensa campaña para lograr la aprobación de su plan de estímulo por el Congreso.
Cierre de Guatánamo
Pero la orden que quizá más impacto ha tenido y que más reacciones ha suscitado es la que firmó en su segundo día de trabajo para cerrar la prisión de Guantánamo en el plazo de un año, clausurar las cárceles secretas de la CIA y prohibir la tortura.
También ha sido la señal más clara de que no tolerará las políticas del anterior presidente en la lucha contra el terrorismo.
Eso sí, ya hay voces en EEUU, sobre todo del lado republicano, que advierten de que firmar un decreto para cerrar Guantánamo por muy simbólico que sea, es algo "fácil" de hacer, pero difícil de ejecutar, como afirmó esta semana en una entrevista John McCain.
Las voces que advierten de los problemas han cobrado fuerza después de que se conociera que Al Qaeda ha montado en Yemen una nueva estructura regional que tiene como "número dos" a un antiguo recluso de la prisión de Guantánamo.
El tercer día de trabajo de Obama estuvo marcado por otra estrategia del presidente para desmantelar la "era Bush", pues firmó una orden que levanta el veto a la financiación de los grupos que practican o informan sobre el aborto en el extranjero.
A diferencia de las otras órdenes, que firmó en presencia de la prensa, en este caso Obama prefirió mantener un perfil más discreto.
Compromiso con la paz en Oriente Medio
En política exterior, el nuevo presidente de EEUU dejó rápidamente claro que se comprometerá con el proceso de paz en Oriente Medio, al llamar a los líderes israelíes y palestinos en su primer día, y al nombrar a un enviado especial para la región.
En un acto en el Departamento de Estado junto a la secretaria de Estado, Hillary Clinton, y el vicepresidente, Joe Biden, transmitió a la comunidad internacional que bajo su mandato predominará la diplomacia multilateral sobre la acción militar unilateral que impulsó su antecesor.
Las decisiones que ha tomado Obama hasta ahora no son sorprendentes, pues las anunció durante su campaña y el periodo de transición. Lo que transmiten es cambio, pero lo difícil será aplicar las nuevas medidas y encontrar apoyo bipartidista.