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"La cagué", dice textualmente Obama

  • Obama asume como propio el error de nominar a Daschle como ministro de Sanidad
  • "La cagué", declara en varias entrevistas. "No se pueden tener dos varas de medir"
  • Los problemas fiscales de Daschle eran incompatibles con el cambio de Obama
  • Es la tercera renuncia del equipo de Obama, la segunda este "martes vergonzoso"

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Obama ha asumido toda la responsabilidad en el error de nominar a Tomo Daschle como secretario de Salud Pública. "La cagué", dice textualmente el presidente en sendas entrevistas a las cadenas NBC y CNN. Y es una traducción suave. El verbo "screw up" tiene un matiz sexual más fuerte. "Estoy enfadado, decepcionado y frustrado. Hoy ha sido un día vergonzoso para nosotros".

Obama considera que el error no fue nominar a Daschle para el cargo. "No sólo era la persona más cualificada para impulsar la reforma sanitaria sino que tenía los contactos políticos y empresariales para llevarla a cabo". El problema era tener dos varas distintas de medir, una para los poderosos y otra para la gente corriente que paga sus impuestos. "Yo me he comprometido ante el pueblo americano a cambiar la forma en que funciona Washington".

Daschle se ve forzado a renunciar por sus problemas con Hacienda

El candidato de Obama para la secretaría de Salud Pública, Tom Daschle, tiraba este martes la toalla y renunciaba al puesto. Su nombramiento estaba pendiente del visto bueno del Senado, pero sus problemas fiscales, casi 130.000 dólares de impuestos impagados, han acabado con sus opciones.

En un comunicado conjunto, Obama aceptaba por la mañana la dimisión "con tristeza y pesar" y Daschle señalaba que renuncia porque no cuenta con la completa confianza del Congreso y no desea que su nombramiento se convierta en una distracción para la agenda del Presidente.

De nada ha servido el apoyo explícito y público del presidente durante los últimos días: dijo defender "absolutamente" a su candidato. Tampoco el hecho de que la mayoría de los senadores hubieran aceptado sus disculpas. Al final ha pesado más el escándalo y la contradicción evidente con la "nueva era de responsabilidad" que anunció Obama en su discurso de investidura.

Una deuda fiscal abultada

Daschle no declaró como ingresos el uso gratuito de un coche con chófer que le puso una compañía a la que asesoraba, Intermedia Advisors. Tampoco presentó los justificantes de la deducción que se aplicó por su donación a una reserva india. Y no computó adecuadamente su trabajo de asesoría, una labor que le ha permitido ganar más de cinco millones de dólares desde que dejó el Senado en 2004. Saldó sus deudas con Hacienda después de ser nominado por Obama.

Daschle pidió el lunes disculpas al comité de Finanzas del Senado, que le examinó de cara a su confirmación por el pleno. Igual que el secretario del Tesoro, Tim Geithner, Daschle argumentó que fueron errores involuntarios. Sin embargo, y a diferencia de Geithner, el Senado aplazó el debate una semana. Fue la primera señal de que las cosas no iban bien.

Tampoco le ha ayudado su trabajo como asesor para UnitedHealth Group, un gigante del sector sanitario, y el que fuera miembro del consejo de Administración de la Clínica Mayo. No son precisamente las mejores credenciales para un ministro de Sanidad, justo ahora que Obama ha impuesto duras restricciones a los lobbies.

Con estos mimbres, los principales diarios del país han arremetido en su contra. El secretario de Prensa, Robert Gibbs, tuvo problemas el lunes para justificar el apoyo de la Casa Blanca: "Es la persona adecuada para un puesto muy importante". Pero ni una palabra sobre el ejemplo para el contribuyente, aunque reconociera que los errores de Daschle eran graves.

Una excelente red de contactos en Washington

El apoyo de Obama a Daschle arranca de más lejos. Estrecharon lazos desde el 2004 y Daschle fue el primero en respaldarle en las primarias. Puso a su disposición una excelente red de contactos en la capital. Más de un centenar en nómina. Y buena parte ha integrado el equipo de Obama en campaña.

No es extraño que medio Washington haya salido en su defensa. El que fue jefe de gabinete de Daschle, Pete Rouse, es ahora uno de los principales asesores de Obama. John Podesta, el director de la transición, es otro de sus aliados. Como responsable de la reforma sanitaria, Daschle hubiera tenido despacho propio en el ala oeste de la Casa Blanca. Pero sus hilos se extendían por toda la administración. Mark Patterson en el Tesoro y Ron Klain en la vicepresidencia.

Una bola de nieve con tres víctimas

El escándalo de los problemas fiscales de Daschle se ha cobrado otra víctima pocas horas antes. Nancy Killefer renunciaba este martes a un puesto de nuevo cuño creado por Obama: supervisar la ejecución del Presupuesto. También ha sido por una deuda con Hacienda. No pagó durante año y medio las cotizaciones sociales de sus empleados domésticos.

Nancy Killefer justifica su renuncia como Daschle, no quiere ser una distracción para la agenda del Presidente.

Es la tercera dimisión en el equipo de Obama. El gobernador de Nuevo México, Bill Richardson, renunció a la secretaría de Comercio por estar implicado en la adjudicación de contratos irregulares a empresas que contribuían a su carrera política.