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Netanyahu afirma que no admitirá "dictados" para acordar un Gobierno de unidad con Livni

  • El líder del Likud se reúne con Livni en busca de un "acuerdo de plena cooperación"
  • La ministra de Exteriores, del Kadima, exige la "rotación" para entrar en el Gobierno
  • Netanayahu ha prometido que trabajará con Obama para lograr la paz en Oriente Medio

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El líder del partido derechista Likud, Benjamín Netanyahu, encargado de formar Gobierno en Israel, ha advertido que no admitirá "dictados" ni "retorcimientos de brazo" para acordar un Ejecutivo de unidad con el Kadima de Tzipi Livni. Netanyahu hizo estas declaraciones antes de reunirse esta tarde con Livni, ministra de Asuntos Exteriores, para negociar su entrada en un Gobierno de coalición de los dos partidos más votados en las elecciones del pasado día 10.

"La unidad puede lograrse a través del diálogo y no de dictados y retorcimientos de brazo. No tengo ninguna duda de que quien esté interesado en el bien del Estado pondrá la unidad como objetivo central. Hay que hacer un intento real de alcanzar una posición conjunta, desde el respeto mutuo y el auténtico diálogo", agregó.

Poco antes, al inicio del consejo semanal de ministros, el primer ministro en saliente, Ehud Olmert, también del Kadima, había pedido que se ponga en pie un Gobierno estable "lo antes posible". Olmert también felicitó al líder del Likud por haber recibido el pasado viernes el encargo del presidente del país, Simón Peres, de armar un nuevo Ejecutivo.

Peres eligió a Netanyahu para esta tarea tras constatar que disfrutaba de más apoyos en el arco político, pese a que su partido había obtenido 27 diputados, uno menos que la formación de Livni. Likud y Kadima podrían sumar 55 legisladores, pero necesitarían el apoyo de otras formaciones, como el Partido Laborista (13 escaños), el ultranacionalista Israel Beitenu (15) o el ultra-ortodoxo sefardí Shas (11), para ser mayoría entre los 120 que componen la Kneset, el Parlamento israelí.

En busca de un acuerdo de "plena cooperación"

En los últimos días, tanto Livni como Netanyahu han recibido presiones en el seno de sus respectivos partidos para sumar fuerzas en un Gobierno de unidad nacional que dé estabilidad a Israel de cara a sus dos principales preocupaciones actuales: la crisis financiera internacional y el programa nuclear iraní.

Así, Netanyahu ofrecerá esta tarde a Livni un acuerdo de "plena cooperación" y la redacción conjunta de las líneas maestras de acción del nuevo Ejecutivo, según fuentes que participan en las negociaciones citadas hoy por el diario Haaretz. El líder del Kadima, quien ya fue primer ministro de Israel entre 1996 y 1999, tentará a la actual jefa de la diplomacia con dos carteras de peso para su partido, a elegir entre Defensa, Finanzas y Asuntos Exteriores, además de otras de menor importancia.

Livni quiere rotación

Sin embargo, dirigentes del Kadima insistieron hoy en que su formación sólo entrará en el Gobierno si Netanyahu acepta una rotación al frente del Gobierno, como hicieron en los años ochenta los entonces líderes laborista, Simón Peres, y del Likud, Isaac Shamir, para resolver otro empate virtual en las elecciones.

La rotación de primeros ministros "es la única manera de garantizar un Gobierno estable que dure cuatro años", dijo hoy el ministro de Seguridad Pública, Avi Dichter. Por su parte, el titular de Interior, Meir Shitrit, advirtió de que su partido, el Kadima, será "borrado del mapa político" si acepta sentarse en un Gobierno "que no vaya hacia la paz", en referencia al rechazo de Netanyahu a hacer concesiones territoriales a los palestinos.

El líder del Likud tiene hasta el 20 de marzo para formar gobierno, aunque puede solicitar dos semanas adicionales si así lo requiere.

Promete trabajar con Obama por la paz

Por otro lado, Netanyahu ha prometido trabajar con el presidente de EE.UU., Barack Obama, para lograr la paz en Oriente Medio. "Pretendo y espero cooperar con la Administración Obama para tratar de hacer avanzar los objetivos comunes de paz, seguridad y prosperidad para nosotros y nuestros vecinos", manifestó Netanhayu en una rueda de prensa en Jerusalén.

La mayoría de 65 diputados, de los 120 que integran el Parlamento israelí (Kneset) pertenecen a formaciones de extrema derecha, reacios a cualquier concesión con los palestinos, una política que a todas luces podría chocar con la intención del Gobierno de EE.UU. de impulsar con celeridad la creación de un estado palestino.

Netanyahu se reunió hoy con el senador estadounidense independiente, Joe Lieberman, quien manifestó que una coalición de gobierno en Israel liderada por el jefe del Likud podría gozar de buenas relaciones con Washington. "Nuestros enemigos, desafortunadamente, son tan comunes como los valores e intereses que nos han unido durante todos estos años", declaró Lieberman a los periodistas.

Como primer ministro entre 1996 y 1999, Netanyahu tuvo roces con la Administración Clinton por su rechazo frontal al proceso de paz de Oslo, iniciado en 1993. Sin embargo, firmó los Acuerdos de Wye Plantation por los que Israel transfirió el control del 80 por ciento de la ciudad cisjordana de Hebrón a la Autoridad Nacional Palestina (ANP).

En su programa electoral, el Likud aboga por impulsar lo que denomina una "paz económica" con los palestinos con la que pretende mejorar la prosperidad de la población residente en Cisjordania, aunque a largo plazo no se vislumbra en esa iniciativa el establecimiento de un estado palestino independiente.