Esta Bolonia no gusta (aunque a algunos sí)
- Las asambleas antibolonia han convocado una huelga general para el 12 de marzo
- Critican la "mercantilización" de la Universidad y aseguran que desaparecerán las becas
- Sostienen que el nuevo sistema de créditos no permitirá estudiar y trabajar a la vez
- Otras asociaciones a favor afirman que "no tiene sentido" oponerse a Bolonia
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Es difícil saber cuántos alumnos de la Universidad y de Secundaria están dentro de las asambleas antibolonia, pero centenares de ellos han pasado meses encerrados en las facultades y escuelas de toda España para protestar por un proceso de reforma que no les gusta. Aseguran que "mercantiliza" la Educación Superior, aunque desde el Ministerio de Ciencia e Innovación niegan esta afirmación rotundamente.
Afirman que están de acuerdo con el objetivo de alcanzar la convergencia con Europa y facilitar la movilidad, pero dicen que no les gusta cómo se está haciendo. "Todas las palabras son muy bonitas, pero no se están llevando a cabo. A veces nos preguntan por qué somos antieuropeos, pero no es cierto. Nos interesa la convergencia europea real, vemos necesaria la reforma pero desde un debate verdadero, público y con representantes todas las capas sociales", afirma Olga Arnaiz, una de las portavoces de la Asamblea de Estudiantes contra Bolonia, la plataforma que reúne asambleas de toda España.
Tras el paréntesis de los exámenes, están volviendo a organizar actos de protesta. El próximo 12 de marzo han convocado una huelga y el 20, 21 y 22 de ese mismo mes todas las asambleas de España tendrán una reunión en la Universidad de Burgos. Por su parte, el Sindicato de Estudiantes también han llamado a una huelga para el 4 de marzo.
Los motivos por los que se oponen circulan desde hace meses por páginas web, foros y blogs de Internet, pero entre la información que ofrecen, también se cuelan muchos rumores. Si buscas "argumentos contra Bolonia" en Google salen 59.200 entradas. Si tecleas "argumentos a favor" salen 20.000 menos. Hay asociaciones de estudiantes a favor, pero no son tan visibles. Lo que salta a los medios con más facilidad son los colchones y sacos de dormir de los que han llevado su protesta a los vestíbulos de las facultades.
Argumentos en contra
Las plataformas que se oponen hablar de la "mercantilización" de la Universidad. Aseguran que será la Agencia Nacional de Evaluación la que "guiada por criterios de rentabilidad y atendiendo a los intereses empresariales, decidirá qué carreras se podrán o no estudiar".
Según Olga Arnaiz, "el Estado no ofrece suficiente dinero" para mantener las carreras no tan rentables, por lo que se "corre el peligro" que sea al final la empresa, en un "sistema de financiación mixta tanto pública como privada" la que decida "qué se tiene que estudiar y hacia dónde se tiene que investigar".
Arnaiz también asegura que con el nuevo sistema no podrá ser posible estudiar y trabajar a la vez para costearse la carrera, porque los nuevos créditos europeos (25-30 horas de trabajo real del alumno incluidas las horas de clase) supondrán dedicar 40 horas semanales a los estudios.
Virginia Ballesteros, de la Asamblea de Estudiantes de Filosofía de Valencia, manifesta su inquietud porque no ven claro cómo se van a contabilizar esas horas que el alumno no hace en el aula.
Se quejan también de que el grado será como una FP avanzada y que será necesario realizar un máster para trabajar. Basan este argumento en que el primer año será muy genérico y que el último año habrá que "perderlo" en hacer prácticas, aunque éstas no serán obligatorias en todos los grados.
Ballesteros se queja también de que se obligue a realizar un master en lugar del tradicional CAP para poder dar clases.
Aunque Bolonia no especifica si se tienen o no que pagar las prácticas, los colectivos que se oponen aseguran que se "acabará pagando" por ser becario. Es un "chollo" para las empresas, en palabras de Sara Porras, miembro de la Oficina de Igualdad de la Complutense y militante de Izquierda Unida. "Servirá para externalizar la formación de las empresas a través de la Universidad".
Porras, que reivindica un debate sobre "un proceso muy oscuro", critica también los préstamos renta, que los colectivos que se oponen a Bolonia llaman "becas-préstamo" o "becas-hipoteca".
Las becas en Bolonia
Desde el Ministerio de Ciencia e Innovación explican que las becas normales se mantendrán tanto en los grados y los máster y que los préstamos renta, que ya funcionan, son un dinero que el Gobierno da a interés cero dirigido a los alumnos que no pueden pedir becas convencionales porque se pasan de los ingresos familiares.
Sin embargo, desde muchos movimientos antibolonia se afirma taxativamente que las becas desaparecerán y que sólo se podrá estudiar si se pide una ayuda de este tipo. "Es un filtro más", asegura Porras, en el sistema educativo. También aseguran que los grados y posgrados valdrán a partir de ahora mucho más.
Sara Porras cree que "el primer paso que hay que dar es abrir un debate" en el que pudieran demostrarles a los que se oponen a Bolonia que están equivocados. Porras cree que hay tiempo para dar marcha atrás aunque desde el Gobierno se asegura que el proceso no es reversible. "El margen temporal en política siempre es cuestión de voluntad", añade.
Alumnos a favor
Frente al ruido del movimiento antibolonia, hay colectivos de estudiantes que no se oponen a la reforma de Bolonia tal y como se está llevando a cabo, aunque crean que algunas cosas, que no comparten, podrían haberse hecho mejor.
Es el caso, por ejemplo, de la Federación de Asociaciones de Estudiantes Progresistas. Su portavoz, Antonio Miguel Casas, afirma que Bolonia "representa una oportunidad" y explica que, aunque su postura es "favorable", han sido "críticos con los aspectos que había que corregir". Su labor, no es tanto dar su opinión a favor, como generar un "debate limpio".
Casas cree que en el movimiento antibolonia existe "contaminación" por parte de algunos colectivos que transmiten ideas falsas, como la desaparición de las becas convencionales. Con semejantes argumentos, el portavoz de Estudiantes Progresistas afirma que "es lógico que decidan manifestarse contra la privatización de la educación".
"La información en internet está colapsada de páginas y blogs donde faltan los reales decretos", asegura.
Ahora el debate, para la Federación de Asociaciones de Estudiantes Progresistas debe estar en dos frentes: en el precio de los master y en garantizar un sistema de becas bueno que siga aumentando.
El presidente de Unión Democrática de Estudiantes, Álvaro Vermoet Hidalgo, asegura que "no tiene sentido oponerse a Bolonia", aunque no compartan toda las decisiones que se han tomado. Cree que detrás de los movimientos en contra está el movimiento antisistema de extrema izquierda y que "prácticamente nada de lo que dicen es verdad".
Entre los aspectos con los que Unión Democrática de Estudiantes no está de acuerdo está que el primer año de los grados sea genérico, lo que hará, en su oponión, que al final se "queden en tres años".
"Si la ESO es un desastre, no se puede convertir la universidad en un instituto", subraya Vermoet Hidalgo.