'Pepe, el del Popular' afirma que no se llevó ni una peseta de España

• Pretende demostrar su inocencia cuando sea extraditado
• Se le acusa de dejar un agujero de 36 millones de euros en el banco que dirigía
• Al enterarse de que harían una inspección, desapareció sin dejar rastro

Televisión Española entrevista en exclusiva a 'Pepe, el del Popular'

El español José Pérez Díaz, más conocido como 'Pepe, el del Popular' y detenido por estafa, afirma en una entrevista en exclusiva en Televisión Española, que no se llevó ni una peseta de España, algo que espera probar cuando sea extraditado.

Pérez Díaz se encuentra en la cárcel mexicana de Ignacio Allende. Está acusado de robar 36 millones de euros del Banco Popular en Santander en el año 1991, cuando él estaba al mando de la sucursal. Asegura en la entrevista que la cifra de la estafa, que rondaría los 6.000 millones de pesetas, le "suena a chiste".

Fue arrestado el pasado 23 de marzo en la capital mexicana cuando iba a recoger un visado para viajar a Estados Unidos. Portaba documentación falsa bajo el nombre de Roberto García Gómez con domicilio en la calle Condesa de Tepoztlán, un pequeño pueblo situado a unos 70 kilómetros de Ciudad de México, donde al parecer ha vivido durante años como un habitante discreto.

Un banco encubierto

Pérez Díaz desapareció de Santander el 5 de marzo de 1991 después de que el propio banco le avisara de que se iba a inspeccionar su sucursal en el céntrico barrio de Puertochico, porque había descubierto diversas anomalías en su operativa. En lugar de esperar la correspondiente inspección, Pérez Díaz desapareció sin dejar rastro cinco días después.

En el fraude resultaron perjudicados entre 250 y 300 clientes de esta oficina, la más importante de Cantabria. Además, en su ausencia, fueron juzgados por estos hechos seis personas como posibles cómplices de sus manejos. Sólo una de ellos, el empresario Eduardo Álvarez Álvarez, recibió una sentencia condenatoria: cinco años de cárcel por un delito de apropiación indebida, que el Tribunal Supremo redujo a un año de prisión.

La sentencia consideró probado que parte del dinero fue a parar a cuentas de Eduardo Álvarez y otra parte al patrimonio del propio Pepe y de su esposa.