Los piratas somalíes dicen que lucharán si son atacados por Estados Unidos
- Los cuatro piratas mantienen secuestrado a Richard Phillips en un bote sin combustible
- Un equipo del FBI ya se encuentra en la zona para negociar una solución pacífica
- El Maersk Alabama fue secuestrado en aguas somalíes por piratas
- La tripulación del barco pudo retomar el control del barco pero no liberar al capitán
La banda de piratas somalíes que retiene al capitán del Maersk Alabama, el último barco secuestrado en aguas del océano Índico, Richard Phillips, han advertido que lucharán si son atacados por las fuerzas navales de Estados Unidos, según ha relatado uno de los piratas por teléfono a la agencia Reuters. "Nos defenderemos si somos atacados", ha añadido.
Los piratas tienen enfrente a la marina de guerra más poderosa del mundo, aunque esto no ha parecido intimidarlo lo más mínimo, incluso ahora que la Secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, ha asegurado que se han quedado sin combustible en el bote salvavidas en el que retienen a Phillips.
La tripulación del barco ha conseguido retomar el control del barco y apresar a algunos piratas, con los que han presionado sin suerte a los somalíes para forzar un canje de rehenes, por lo que han quedado libres en un bote salvavidas.
Un equipo del FBI especializado en la negociación con secuestradores ya ha llegado al buque USS Bainbridge para conseguir que la liberación de Phillips sea pacífica, aunque los cuatro piratas que lo retienen no tienen ya nada que perder, dado que se dedican la piratería porque no tienen otra forma de subsistencia. Él mismo que ha estado hablando con la agencia Reuters ha llegado a decir "por favor, rezad por nosotros".
270 secuestrados por piratas
Phillips engrosa, por el momento, una lista de 270 secuestrados por piratas somalíes en una de las rutas marítimas más concurridas del mundo, la del Golfo de Adén y el océano Índico, algo que contrasta con la miseria que azota a un país, Somalia, en el que se vive sin orden ni gobierno tras más de 20 años de guerras civiles.
Los piratas mantienen en su poder 18 buques, aunque no han captado la atención de los medios occidentales hasta que han secuestrado un buque de transporte danés con, lo que es más importante, 20 tripulantes estadounidenses.
En el plano interno, la administración de Obama tendrá que enfrentarse a un desafío en la misma región en la que sufrió la operación 'Black Hawk Down' en 1993, una infame operación militar de EE.UU. que se inspiró en la película con el mismo nombre. El ataque fue un fracaso pese a que duró sólo 17 horas y murieron 19 militares estadounidenses y un número indeterminado de somalíes.
El Maersk Alabama llegará a Mombasa esta noche
Mientras que Phillips permanece secuestrado, el barco que ha capitaneado llegará a Mombasa esta noche con la carga de ayuda humanitaria para Somalia y Uganda.
Fuentes próximas a la piratería somalí aseguran que dos barcos piratas se dirigen al rescate de los piratas que retienen a Phillips, lo que puede arruinar los planes de intercambio pacífico ideados por el FBI y el Pentágono.
Estados Unidos tampoco descarta un ataque violento si esta opción no funciona. Para ello, ya ha enviado a las aguas somalíes a la fragata Halyburton, petrechada con misiles y dos helicópteros listos para el ataque si fuera necesario.
Vuelta a la ruta por Sudáfrica
El año pasado se produjeron 42 secuestros en esta ruta, lo que ha forzado a muchas navieras a retomar la ruta bordeando el Cabo de Buena de Esperanza, en Sudáfrica, la única existente antes de la apertura del Canal de Suez.
Esto no ha desanimado a los piratas somalíes, que siguen desafiando a las tropas internacionales y se lanzan a la caza de buques en aguas de las islas Seychelles y de Madagascar.
En la región ya opera una flota encuadrada en la misión militar de la Unión Europea cuyo mando ha asumido España esta semana, aunque la extensión de las costas somalíes impide mantener un control absoluto sobre la zona.
Los analistas creen que este último ataque podría espolear una mayor implicación de EE.UU. en la vigilancia de la zona, cuyo peso ha sostenido la Unión Europea, aunque todos coinciden que la solución definitiva sería dotar a Somalia de un Gobierno estable y una solución pacífica a un Estado que no existe como tal desde hace 18 años.