Obama publicará los documentos que amparaban la tortura pero no actuará contra los torturadores
- No habrá juicio contra los empleados de la CIA que torturaron a detenidos
- El presidente considera que actuaban "de buena fe" siguiendo consejos del gobierno
- Da a conocer memorandos que recogen la lista completa de métodos de interrogatorio
- Entre ellos hay varios considerados como tortura por el propio gobierno Obama
- Estos documentos se publicarán parcialmente censurados
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunciará durante su visita a México que su gobierno hará públicos los cuatro memorandos que recogen todos los métodos autorizados para realizar interrogatorios a terroristas -algunos de los cuales su ejecutivo ha calificado como tortura- por la Administración Bush pero no actuará contra los empleados de la CIA que los utilizaron.
Así lo ha desvelado el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, en el Air Force One durante el viaje del presidente estadounidense rumbo a México. Con esta decisión, Obama trata de contentar a dos partes claramente enfrentadas en esta asunto.
Por un lado, al dar a conocer estos memorandos, elaborados por los asesores legales del Departamento de Justicia de Bush en 2002 y 2005, da satisfacción a lo que pide el grupo de derechos civiles Unión de Libertades Civiles Americanas, que había impuesto una demanda contra el gobierno en Nueva York pidiendo su publicación invocando la Ley de Libre Información, que obliga al ejecutivo a publicar este tipo de documentos.
Sin embargo, Gibbs ha matizado que estos memorandos se publicarán censurados en parte.
Luz verde a la CIA
Por otro, cierra la posibilidad de que los trabajadores de la CIA que usaron estas técnicas interrogatorios sucios a través de una declaración oficial del fiscal general, Eric Holder, diciendo que sus actuaciones iban en línea de los consejos legales que se produjeron en aquella época.
Obama, que ha ordenado paralizar este tipo de interrogatorios internacionalmente condenados, ha asegurado en un comunicado que "nuestra intención es asegurar a aquellos que han cumplido con su deber confiando en la buena fe del consejo legal que le dió el Departamento de Justicia no estarán sujetos a actuaciones judiciales".
La CIA reconoció haber usado la asfixia simulada, una técnica usada en Camboya por los jemeres rojos que supone atar al preso de pies y manos, cubrirle su cabeza y tirarle agua para producirle la sensación de ahogo suficiente para creer que va a morir.
La agencia de espionaje estadounidense la utilizó contra tres detenidos en 2002 y 2003 que se consideraban jefes terroristas con el permiso de la Casa Blanca y el Departamento de Justicia, en parte gracias a los memorandos que ahora va a publicar Obama.
La lista de los horrores
En cuanto a los memorandos, en ellos se detalla que la asfixia simulado representa "una amenaza inminente de muerte" para el sospechoso de terrorismo pero que no constituye tortura porque no hay evidencia de que provoque daño mental, según uno de ellos realizado en 2002.
Por ese motivo, lo considera legal, junto con otras técnicas como poner un insecto en la celda de confinamiento, privarle de sueño, darle bofetadas y empujar a un detenido contra un muro.
Otro de ellos específicamente autorizaba el método de combinar múltiples técnicas sucias de interrogatorio, algo que las asociaciones de derechos humanos consideran que es particularmente doloroso y que es por sí mismo tortura aunque cada uno de los métodos sea legal.
Aunque el pasado mes el gobierno estadounidense dió a conocer nueve memorandos relacionados con el programa de interrogatorios, los cuatro hechos públicos contienen la lista más completa de los métodos autorizados por el gobierno y usados por la CIA.
Entre estos métodos estarían mantener a los detenidos desnudos durante largos periodos, dejarlos en una posición dolorosa también en largos periodos, privarlos de comida sólida, usar un collar de plástico para atarlos a muros, dejarlo pasando frío durante largos periodos, privarlos de sueño y golpearlo y patearlo.
Estas técnicas fueron aplicadas a al menos catorce detenidos sospechosos de ser dirigentes terroristas.
La publicación de estos memorandos supone también su retirada como documentos legales válidos.