Cien días Pendientes
- Obama lava la imagen de EE.UU. en el mundo
- Vuelve al liderazgo basado en la diplomacia y el diálogo
- Aplica la estrategia del palo y la zanahoria
- El avispero Af-Pak pone a prueba el temple del Presidente
- La tortura le obliga a elegir entre valores y seguridad
- Obama tiende la mano a Rusia e Irán
- Estados Unidos empieza a levantar el embargo a Cuba
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El mundo ha estado pendiente de Obama durante los últimos cien días. Como nunca en la Historia. Cien días que parecen un año. Una fascinación mundial próxima a la obamanía. Es cierto que la prioridad del Presidente ha sido la economía. Pero la segunda pata de su mandato es la política exterior. Y la una ha ido de la mano de la otra.
En ese segundo frente, Obama se ha dedicado a cambiar la imagen de Estados Unidos. A lavar las profundas manchas que dejó su antecesor. "America is back", dijo John Kerry en la comparecencia de Hillary Clinton. Vuelve el liderazgo basado en la diplomacia. Pero diálogo con todos no significa debilidad. Es la política del palo y la zanahoria.
Restaurar los valores de la primera potencia no es gratis. Tiene un precio de puertas adentro. La publicación de los informes sobre tortura puede desatar una investigación parlamentaria sobre la administración Bush. Abre la puerta a las demandas en los tribunales. Dentro y fuera del país. Por eso, los primeros cien días prefiguran los cien siguientes. Hasta cumplir los seis meses que dio de plazo el vicepresidente Joe Biden. Antes de que venza, el mundo pondrá a prueba el temple de Obama.
El avispero Af-Pak
Af-Pak es el acrónimo de Afganistán y Pakistán y representa la íntima vinculación de los dos países en la solución del problema. Es la segunda guerra que ha heredado Obama. Y amenaza con convertirse en un avispero mucho más peligroso que el de Irak.
El objetivo es derrotar a los talibanes y Al Qaeda en Afganistán. No es fácil. Se han refugiado en la zona limítrofe de Pakistán. Desde sus santuarios en las montañas, lanzan ataques cada vez más efectivos contra las tropas de la OTAN al otro lado de la frontera y desafían abiertamente al gobierno civil de Islamabad. El servicio secreto pakistaní les suministra apoyo logístico, militar y económico. El Ejecutivo no permite que las tropas estadounidenses ataquen su territorio.
En Afganistán, las cosas no pintan mejor. La ocupación de Occidente no ha impedido la corrupción del gobierno de Karzai. El narcotráfico domina un territorio dividido en docenas de feudos. La población vive en la miseria. Hay elecciones presidenciales en agosto.
El enfoque de Obama reconoce el carácter regional del conflicto. Trata de sumar a Rusia, Irán, India y China a la solución del problema. Ha enviado más tropas, 21.000 efectivos, lo que choca lateralmente con sus promesas electorales de retirarse de Irak. Al final se irán en el 2011, como pactó Bush. Pero como admite Obama en público, cada mañana tiene que "elegir entre lo malo y lo peor". Y promete que su estrategia es de salida. Para facilitarla, ha incrementado las ayudas a Islamabad y envía asesores civiles para mejorar la vida de los afganos.
Elegir entre los valores y la seguridad
Obama ha accedido a publicar los informes que amparaban legalmente la tortura. A regañadientes y después de un intenso debate entre los miembros de su administración. El Presidente prefiere mirar hacia adelante: "es el momento de la reflexión, no del castigo". Pero un tribunal de California le ha obligado a elegir.
Los informes describen con pelos y señales los métodos de interrogatorio de la administración Bush. Material suficiente para sustentar demandas en los tribunales y abrir una comisión de investigación en el Congreso. La prensa no suelta el hueso. Y el proceso amenaza con protagonizar los próximos cien días.
De momento, Obama ha tratado de nadar entre dos aguas. Una cosa es cerrar Guantánamo, una de sus primeras medidas, y otra abrir un frente dentro de sus servicios de Inteligencia. No parece que el Fiscal General vaya a imputar a sus subordinados, a los que siguieron las directrices de Rice y Cheney. Eric Holder ha señalado que prestará ayuda legal gratis a los empleados de la CIA y les cubrirá ante posibles indemnizaciones. "Sería injusto procesar a los hombres y mujeres que trabajaron de lleno para proteger a América".
Oriente medio pasa por Rusia
La solución del conflicto entre palestinos e israelíes, la fórmula dos estados, pasa por Irán. Y la solución de Irán pasa por Rusia. Otro tablero complicado. Obama ha tendido la mano a Teherán después de 30 años sin relaciones entre ambos países. Ha aprovechado las lecciones de su campaña electoral y ha utilizado a la cadena Al-Arabiya para transmitir su mensaje de diálogo sin condiciones previas.
Pero en lo que parece una constante de su estrategia exterior, combina el palo y la zanahoria. Irán debe abandonar su programa nuclear o exponerse a sanciones "paralizadoras", en palabras de Hillary Clinton. La bomba atómica es una espada de Damocles sobre la zona. Desataría una carrera de armamentos. Eso si los israelíes no lanzan antes un ataque preventivo.
Para evitar lo peor, Obama ha impulsado las relaciones con Rusia. Es la potencia regional que puede presionar efectivamente para que Teherán dé su brazo a torcer. La moneda de cambio, aunque las dos partes lo niegan, es la retirada del escudo antimisiles en Europa Oriental. Eso junto con un nuevo tratado START antes de que expire este año.
Dos cumbres para la Historia
La actividad frenética que ha desplegado el Presidente se ha puntuado con dos cumbres. Obama ha acudido a ellas con humildad. "Para escuchar y aprender", dice. Y subraya la frase con un gesto que sólo los que están seguros de su poder y liderazgo se pueden permitir. En las fotos de familia, siempre aparece en segunda fila.
La reunión del G-20 en Londres ha marcado su primera salida a Europa. Ha sido la puesta en escena de la cooperación internacional para hacer frente a la crisis económica. También ha constatado la obamanía que recorre el mundo. Ha habido resultados concretos más allá de las buenas palabras. Se ha triplicado la dotación del FMI y los recursos para el rescate suben hasta el billón de dólares.
También ha sido la confirmación del ascenso de los emergentes, con China a la cabeza. Pekín tiene cash de sobra. Pekín tiene más de un billón de dólares en títulos del Tesoro estadounidense. Pekín es indispensable para salir del agujero. China hace gala de su discreción y Obama opta por el pragmatismo: los derechos humanos quedan para mejor ocasión.
La segunda cita de calado ha sido en la cumbre de las Américas celebrada en Trinidad y Tobago. El protagonista ha sido el gran ausente: Cuba. Obama ha hecho otro giro radical en la política de su país. Especialmente, en las que han fracasado. Está abierto al diálogo con la Habana. No levanta todavía el embargo comercial pero empieza a desmontarlo. Los cubanoamericanos ya pueden viajar a la isla y enviar dinero a sus familiares. Las compañías estadounidenses ya pueden tender fibra óptica, distribuir teléfonos móviles y suministrar internet. Con la información a las puertas, el resto caerá como fruta madura.
Humildad, pragmatismo, fortaleza y diálogo. Y suerte. Obama tiene la suerte que reclamaba Napoleón a sus generales. Salvó con éxito el secuestro de los piratas somalíes. Viajó a México y no pilló la gripe porcina.