Obama mantiene los tribunales pero refuerza los derechos de los detenidos
- Obama mantendrá los "tribunales militares" para los sospechosos de terrorismo
- También se ha negado a publicar las fotos de torturas y a perseguir a los verdugos
- Obama comunica la última decisión mediante una nota escrita
- A diferencia de Bush, reforzará las garantías de los detenidos
- No se admitirán como pruebas las obtenidas mediante tortura
Obama ha anunciado que mantiene los tribunales militares creados por Bush para juzgar a los sospechosos de terrorismo. Estos "tribunales" -el término oficial es sistema de comisiones militares- tratan a los detenidos al margen de las convenciones de Ginebra, ya que consideran que no son ciudadanos de ningún estado. La jurisdicción militar no afectaría en principio a todos los presos en Guantánamo. Sólo a algunos.
Obama ha hecho pública la decisión mediante un comunicado. No hay declaraciones. La nota escrita argumenta que Obama no se ha opuesto nunca a los tribunales militares -de larga tradición el país- sino a la interpretación que Bush hizo de ellos. Y de hecho, el resto del comunicado desgrana las "enmiendas" que introduce al sistema.
La diferencia fundamental entre ambas administraciones es que ahora se refuerzan los derechos de los detenidos para que puedan defenderse de los cargos que pesan contra ellos. En concreto, invalidará las "pruebas" obtenidas mediante tortura, dará más margen a los detenidos para que puedan escoger a sus abogados y se ampliará la protección si se niegan a declarar. Asimismo, quiere que se limite el valor jurídico de los testimonios de oídas. Con Bush se admitían estos rumores y la defensa debía demostrar su falta de fiabilidad. Ahora, Obama quiere trasladar la carga de la prueba a la fiscalía.
Por último, Obama aclara que también se utilizarán los tribunales ordinarios para juzgar a los detenidos en Guantánamo. En conjunto, dice que "ésta es la mejor manera de proteger nuestro país y defender nuestros valores más arraigados".
Otra marcha atrás
La decisión de Obama llueve sobre mojado. Se ha negado a publicar las fotos de torturas en Abu Ghraib y otras seis prisiones con el argumento de que inflamarían la opinión antiamericana y pondrían en peligro a las tropas en Irak y Afganistán, amén de desmoralizarlas. Argumentos similares a los que utilizó en su día el ex vicepresidente, Dick Cheney. Obama también ha dejado claro que no procesará a ningún funcionario que torturara bajo el amparo legal que dio la administración Bush.
Las asociaciones de defensa de derechos humanos y civiles, como Amnistía Internacional o la ACLU, han puesto el grito en el cielo. Reprochan a Obama que no se desmarque claramente de la política antiterrorista de su predecesor. Y le recuerdan que durante la campaña electoral, Obama calificó el sistema de comisiones militares de "enorme fracaso" y se comprometió a derogar la ley que los creó.
Guantánamo de fondo
Pero la decisión de Obama añade más leña al fuego que arde en Guantánamo, el limbo legal en el que están encarcelados 241 sospechosos de terrorismo. El Congreso de Estados Unidos presiona al Presidente para que presente un plan detallado para cerrar la prisión. Hasta entonces, no dará el dinero que ha reclamado Obama para clausurarla: 80 millones de dólares.
Cuando tomó posesión, Obama paralizó la actividad de estos tribunales hasta el día 20 de mayo. A pesar de que muchos interpretaron que era su fin, la realidad se ha demostrado más compleja y su vida se prolonga al menos cuatro meses más.
Algunos de los detenidos en Guantánamo podrían ser juzgados en tribunales civiles, pero otros, hasta 80, son de más difícil encaje en el sistema judicial estadounidense. Y su libertad se considera inaceptable y peligrosa, como aseguró el Fiscal General, Eric Holder.