Corea del Norte condena a 12 años de trabajos forzados a las periodistas estadounidenses
- Las ha declarado culpables de "entrada ilegal" en el país
- La sentencia llega en un momento de tensión por sus pruebas nucleares
- Según los analistas, utilizan el caso como moneda de cambio con EE.UU.
El Tribunal Supremo de Corea del Norte ha declarado culpables de "entrada ilegal" en el país a las dos periodistas estadounidenses y las ha condenado a 12 años de trabajos forzados, según informa KCNA, la agencia de noticias oficial del país. La sentencia llega en un momento de tensión internacional tras las pruebas nucleares de este país de las últimas semanas.
Las dos reporteras, Laura Ling y Euna Lee, que trabajan para Current TV, medio digital de San Francisco, fueron detenidas el 17 de marzo en la frontera norcoreana con China mientras grababan imágenes para un documental sobre el tráfico de mujeres norcoreanas.
A finales de marzo, Corea del Norte anunció que las acusaría de "entrada ilegal" y "actos hostiles", al comprobar los cargos a través de pruebas y declaraciones de las propias periodistas.
Nunca ha estado claro si las periodistas traspasaron o no la hermética frontera entre China y Corea del Norte, uno de los países del mundo que más dificulta una cobertura periodística. La cadena de televisión surcoreana YTN asegura que los guardias norcoreanos cruzaron el río para detenerlas cuando seguían grabando pese a que les exigieron que parasen, mientras el reverendo Chun Ki-won, que las ayudó en sus preparativos, cree que pudieron traspasar la frontera sin querer.
El país contemplaba imputarles cargos de espionaje, delito por el que las podrían haber condenado a entre cinco y diez años de cárcel. Por su actos hostiles, se estimaba que podrían haber sido sentenciadas a cumplir una pena de entre cinco y diez años en campos de trabajo en el país comunista.
Analistas surcoreanos indican que este caso es un nuevo pulso de Pyongyang al presidente Barack Obama y a las principales potencias, y lo están utilizando como moneda de cambio.
Las provocaciones del país asiático no han hecho más que aumentar desde el lanzamiento de un cohete de largo alcance el pasado 5 de abril, pese a las constantes advertencias de Estados Unidos en su contra.