El jefe de las tropas de la OTAN en Afganistán pide más tropas para evitar la derrota
- McChrystal fija un plazo de un año para lograr controlar a los insurgentes
- El comandante cree que sin refuerzos no es posible ganar la guerra
- Aboga por un cambio de estrategia y mejorar la relación con la población afgana
- Considera la corrupción un problema de igual gravedad que la insurgencia
- Consulta el informe desclasificado en PDF
El comandante de la OTAN al mando de la ISAF en Afganistán, Stanley McChrystal, ha señalado en un informe confidencial que necesita más tropas y que sin refuerzos la misión "probablemente terminará en una derrota".
El Washington Post ha publicado una versión desclasificada del informe dirigido al titular de Defensa, Robert Gates, y que ahora está siendo analizado por el Presidente Obama y su equipo de seguridad nacional.
El legendario periodista Bob Woodward subraya que McChrystal cree que si no se logra recuperar la iniciativa y controlar la insurgencia en los próximos doce meses, mientras mejora la capacidad de las fuerzas de seguridad afganas, existe el riesgo de que "ya no sea posible derrotar a los insurgentes".
El militar estadounidense describe la debilidad del gobierno afgano "sacudido por la corrupción" y la de la fuerza internacional "minada por los ataques con bajas civiles" y deja claro que la ISAF "necesita más fuerzas".
McChrystal aboga por una nueva estrategia en la que las tropas "pongan el enfásis en proteger a los afganos más que en eliminar a los insurgentes o controlar el territorio".
Opciones sobre la mesa
McChrystal envió su informe a Obama hace unas semanas y comparó la situación de las tropas de la OTAN con la de un toro que embiste y es dañado por un torero- los talibanes-, aunque evitó claramente hablar de retirada de tropas.
La opción defendida por el general es una de las que Obama tiene encima de la mesa, ya que, de hecho, los demócratas del Congreso están expresando su rechazo a enviar más tropas a una guerra cada vez más popular, una opción con calendario de retirada que es por la que se están inclinando cada vez más los líderes europeos.
Obama hasta ahora se ha limitado a decir que no decidirá si envía más tropas hasta que haya "una absoluta claridad sobre la estrategia que va a haber".
Si ha de seguir al pie de la letra el informe del general, Obama se va a encontrar con el serio problema de tratar con un gobierno carcomido por la corrupción y con unas tropas aliadas incapaces de ganarse a los afganos.
Ganarse a los afganos
Para McChrystal, la corrupción es una amenaza igual o mayor que la insurgencia para la misión. "La debilidad de las instituciones del Estado, la corrupción generalizada y el abuso de poder de varios cargos oficiales, junto a los propios errores de la ISAF, ha dado a los afganos pocas razones para apoyar a su gobierno", denuncia.
El resultado es "una crisis de confianza entre los afganos", que les hace estar esquivos a alinearse con la OTAN en su lucha contra los insurgentes.
Además, el general es crítico por la forma en la que se ha dirigido la ISAF antes de su llegada, el pasado 15 de junio.
"Preocupados con la protección de nuestras propias fuerzas, hemos actuado en una manera que nos distancia -física y psicológicamente- de la gente que buscamos proteger. Los insurgentes no nos pueden derrotar militarmente, pero podemos derrotarnos nosotros mismos", apunta de forma crítica,
"Los asuntos culturales, sociales, económicos y políticos de los afganos son complejos e insuficientemente comprendidos. La ISAF no ha hecho lo suficiente para apreciar la dinámica de las comunidades locales, nu cómo la insurfencia, la corrupción, los miembros del gobierno incompetente y la criminalidad afectan en conjunto a la población afgana", sentencia el general.
Talibanes en las prisiones
El informe señala que los talibanes representan más de 2.500 de los 14.500 presos de Afganistán y que los islamistas se mezclan en las cárceles "con pequeños delincuentes y violadores", una oportunidad que aprovechan para "adoctrinarlos y radicalizarlos".
Va más lejos y afirma que el sistema penal afgano se ha convertido "en un santuario y base de operaciones para planear atentados mortales" sin interferencias de los funcionarios de prisiones o de los militares.
McChrystal apunta que "hay más insurgentes por metro cuadrado en las cárceles que en ningún otro lugar de Afganistan".
En su informe destaca que las fuerzas de la coalición deben aprender que hay "tres opciones en lugar de dos" para los enemigos capturados. No se trata solo de "prisión o muerte" sino también de "reinserción".
Al final de su análisis, el comandante desliza un comentario moderadamente optimista y apunta que "la situación es grave pero todavía se puede lograr el éxito".
El comandante matiza que si no se destinan los recursos adecuados se puede producir "un conflicto más largo, con más bajas, más coste económico y con una pérdida crítica de apoyo político". "Cualquiera de estos riesgos es probable que resulten en un fracaso de la misión", añade.