Participar en el suicidio "informado" de un allegado no será perseguido en Reino Unido
- La Fiscalía británica da a conocer las líneas maestras de su actuación en estos casos
- No acusará a las personas que ayuden a morir a sus allegados por compasión
- La persona que vaya a fallacer debe haber manifestado su deseo de suicidarse
- Con todo, el mandato no dará una inmunidad absoluta al suicido asistido
- Se responde a la petición de una enferma de esclerósis que quiere acabar con su vida
Una persona que ayuda a suicidarse por motivos compasivos a un familiar o a su pareja que ha decidido acabar con su vida pero no puede hacerlo por ella misma probablemente no será perseguida judicialmente en Reino Unido, según se recoge en las lineas maestras aprobadas por la Fiscalía británica.
"Una acusación judicial es improbable en tanto en cuanto la persona no anime de forma maliciosa a cometer un acto de suicido y asista solo un claramente ordenado e informado deseo de terminar la vida", ha anunciado Keir Starmer, el director de las Acusaciones Públicas, una figura dependiente del fiscal general de Reino Unido, en declaraciones recogidas por el diario británico The Times.
Starmer ha hecho este anuncio después de que la Cámara de los Lores respaldase la petición de la enferma de esclerosis múltiple Debbie Purdy, que demandaba una declaración formal del Gobierno que le aclarase si su marido se enfrentaría a una pena de cárcel si le ayudaba a terminar con su vida.
"No hay garantías de que no vas a ser perseguido judicialmente y es mi trabajo asegurarme de que las personas más vulnerables está protegidas pero, al mismo tiempo, se le debe dar suficiente información a aquellas personas como la señora Purdy que quieren poder ser informados sobre las decisiones que se podrían tomar en relación a las acciones que podría tomar en un futuro", ha declarado Starmer.
No a la inmunidad absoluta
De esta forma Starmer quiere subrayar que, al menos sobre el papel, no existe una garantía absoluta de inmunidad a los que participen en un suicido asistido.
"El suicido asistido ha sido un delito criminal desde hace 50 años y mi política no es cambiar eso", ha aclarado, alejando la posibilidad de que clínicas de suicidio asistido como las de la organización Dignitas -que opera en Suiza- se instalen en el país.
"Lo que hemos hechos es intentar no incluir demasiada rigidez, diciendo que tal o cual cosa cuenta en facor o en contra de la acusación judicial. Si partes de puntos de vistas demasiado estrictos puedes acabar cometiendo una injusticia", ha detallado.
De hecho, el encargado de las acusación pública en Reino Unido ha subrayado que "todos los casos son diferentes" cuando se habla de suicidio asistido, por lo que ha hecho hincapié en que "el facto clave" para decidir qué hacer en casa caso será la motivación.
La importancia de la motivación
"¿Es la motivación de una esposa compasiva o de otro familiar o la de alguien que pretende sacar rédito de la muerte de otra persona? Un suicidio asistido en el que la motivación es otra cosa que no sea la compasión podría ser un factor que desencadene la persecución judicial", ha aclarado en una entrevista con la BBC.
Más aún, la asistencia al suicidio debe estar acompañada de una decisión consciente de una persona en sus completas facultades, de manera que ayudar a un niño a cometer suicidio o a una persona discapacitada mentalmente o demasiado enferma como para pronunciar una decisión por sí misma podría ser motivo igualmente de acusación judicial.
"El principio básico es intentar proporcionar claridad sobre las posiciones de personas como la señora Hardy, pero también proteger a los vulnerables", ha concluido.