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Merkel reivindica el "equilibrio social" ante la presión de los liberales

  • La canciller alemana se reúne este lunes con el líder liberal Westerwelle
  • Los liberales pide una bajada de impuestos de 35.000 millones de euros
  • Merkel propone una de 15.000 y se resiste a dar una fecha
  • Armonizar la postura de la CSU y liberales, gran reto para la canciller
  • Charla con nuestro corresponsal en Alemania sobre las elecciones

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Merkel se reúne con Westerwelle

Una idea rondará la cabeza de Ángela Merkel cuando se reúna esta tarde con su próximo socio de Gobierno, el exultante liberal Guido Westerwelle: cómo hacer compatible la bajada de impuestos de 35.000 millones de euros que piden los liberales con unas cuentas públicas endeudadas y el mantenimiento de los beneficios del avanzado Estado del Bienestar alemán.

Y es que, un día después de vencer en las elecciones alemanas -con el peor resultado de la historia de su partido, la CDU, en 60 años- Merkel se enfrenta al gran reto de lograr que el ambicioso programa fiscal que ha dado a los liberales un histórico 14% de voto sea compatible con las posiciones de sus socios bávaros de la CSU y con las suyas propias, renuentes a dar fecha a cualquier bajada fiscal.

Por eso, ante el inicio inminente de las negociaciones Merkel ha reafirmado su compromiso de seguir siendo "la canciller de todos" los alemanes, sin perder de vista el "equilibrio social".

"La Unión es el partido del centro y yo soy la misma persona con uno u otro socio, la canciller de todos los alemanes", ha asegurado ante la pregunta de si en esta segunda legislatura iba a conocerse a "la otra Merkel", es decir, la supuestamente desprovista del componente social derivado del hecho de haber gobernado hasta ahora en gran coalición con el Partido Socialdemócrata.

De hecho, Merkel ha sido fiel a sí misma al asegurar, como hizo en campaña, que habría bajada de impuestos, pero sin querer ofrecer una fecha concreta ni tampoco una cuantía, al contrario de lo que le piden los liberales.

"Los votantes esperan de nosotros bajadas de impuestos, no nos podemos acobardar", ha advertido el portavoz de finanzas del FDP, Hermann Otto Solms, en declaraciones al magazine Der Spiegel.

Los planes de los liberales son tan claros como criticados por el resto de partidos: una reducción de impuestos de 35.000 millones de euros frente a los 15.000 millones de euros que propone la CDU.

Diferente programa social

Para Solms sus planes se pueden conseguir, aunque sea a base de recortes de gastos que permitan consolidar el déficit presupuestario, que podría llegar al 6% del PIB en 2010.

Sin embargo, en el otro lado se encuentran los socialcristianos bávaros de la CSU, contrarios a cualquier recorte social del gasto y muy críticos con las medidas propuestas por el líder liberal, Guido Westerwelle, con el que han tenido varios encontronazos dialécticos.

"Una vez en el poder, el FDP tendrá que enfrentarse a la realidad", ha vaticinado Martin Lueck, economista del banco UBS, que considera que "bajadas de los impuestos importantes son imposibles porque supondrían un déficit público insostenible".

El otro punto polémico es una reforma laboral para simplificar el despido propuesta por los liberales y descartada por la propia Merkel.

Con todo, los liberales tienen un as en la manga: la espectacularidad de su subida ha venido acompañada de una caída de los democristianos, lo que no ha pasado desapercibido a la prensa alemana.

"Canciller por la gracia de Guido (Westerwelle, líder de la FDP)", titula Der Spiegel este lunes. "El FDP salva a Merkel", proclama el Financial Times.

Resultados definitivos

En concreto, la Oficina Federal Electoral ha informado de los resultados definitivos: mientras la CDU/CSU ha obtenido un 33,8% de votos, 1,4 puntos menos que hace cuatro años, los liberales se erigieron en los grandes triunfadores de la noche al aumentar su representación en 4,8 puntos, hasta alcanza el 14,6%.

Estas cifras conceden a CDU/CSU un total de 239 escaños, al SPD 146, los liberales 93, La Izquierda 76 y Los Verdes 68, inclusive los llamados mandatos adicionales, aunque estos finalmente no fueron determinantes para la holgada victoria de los partidos de centro-derecha.

Por el momento, lo que tienen claro los cristianodemócratas es que, más allá de los malos resultados -que Merkel ha encargado analizar a un grupo de expertos- la prioridad es formar gobierno lo antes posible para jubilar la Gran Coalición.

"Las conversaciones deberían empezar lo antes posible. Nuestro objetivo es tener un acuerdo de coalición en un mes como muy tarde", ha subrayado el secretario general de la CDU, Ronand Pofalla.