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Irán siembra dudas sobre un acuerdo con las potencias occidentales para enriquecer uranio

  • La televisión iraní anuncia que pedirá comprar uranio ya enriquecido
  • El pacto era que el propio uranio iraní fuese enriquecido en Rusia
  • EE.UU., Francia y Rusia buscan un acuerdo con el país de los ayatolás
  • Irán advierte que seguirá enriqueciendo uranio si no hay acuerdo

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Estados Unidos, Rusia y Francia se reúnen con Irán a partir de las tres de la tarde en Viena, en la sede del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), en un encuentro que ya ha sido ensombrecido por la pretensión iraní de importar uranio comprado a estos países en vez de ceder el suyo para que sea enriquecido, tal y como se había acordado en la pasada reunión de Ginebra.

Según la televisión estatal iraní, el país de los ayatolás quieren importar el combustible directamente, sin esperar el envío de unas 1,2 toneladas de uranio poco enriquecido a Rusia, donde debe ser enriquecido hasta cerca de un 20%.

Este plan, ideado según Occidente en la reunión nuclear de Ginebra del 1 de octubre pasado, prevé el posterior traslado del uranio a Francia, donde sería convertido en combustible nuclear y luego devuelto a Irán para su uso en un reactor científico en Teherán.

Ese reactor funcionaba hasta ahora con combustible atómico de fabricación argentina, recibido en 1993 y que se está agotando.

Sin embargo, si la información comunicada por la televisión iraní es cierta sería un nuevo golpe a las aspiraciones occidentales de una solución negociada y pacífica.

Ganar tiempo

En este sentido, fuentes iraníes han subrayado que Irán seguirá enriqueciendo uranio por sí misma si no hay acuerdo con las potencias occidentales en Viena.

El encuentro entre los expertos de los cuatro países, que durará unos dos o tres días debido a su complejidad técnica, está considerado como crucial para el futuro de las negociaciones internacionales sobre el controvertido programa nuclear iraní.

De lograrse un acuerdo, la comunidad internacional ganaría tiempo para las conversaciones al sacar de Irán el 80% del uranio enriquecido hasta ahora hasta por debajo del 5% (unos 1.500 kilos, según los OIEA) en la planta de Natanz (centro de Irán).

Para fabricar una bomba atómica se necesitan cerca de 2.000 kilos de uranio enriquecido por encima del 90%.

Delegación de bajo nivel

No sólo por eso el encuentro de Viena está acompañado de cierta incertidumbre, sino también por el nivel de los representantes enviados por las partes involucradas.

El jefe de la delegación de Teherán será el embajador iraní ante el OIEA, Ali Asghar Sultaniyeh, y el hecho de que no asista el propio jefe del programa nuclear iraní, Ali Akbar Sahlei, ha aguado las expectativas de la reunión y ha añadido incertidumbre.

El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, destacó el pasado día 11 que el encuentro de Viena "es una prueba para una futura cooperación fructífera" y advirtió de las consecuencias negativas si fracasa.

Mientras, los países occidentales parecen determinados a aplicar nuevas sanciones, incluso contra la industria energética de Irán, si las negociaciones no avanzan.