Lula ofrece a Río ayuda económica para frenar la oleada de violencia entre 'narcos'
- Podría destinar casi 60 millones de dólares para combatir la delincuencia
- La policía busca a los responsables de los disturbios del pasado sábado
- Los altos índices de criminalidad son el mayor desafío del gobierno brasileño
- La violencia callejera empaña la imagen de la sede de los Juegos de 2016
El gobierno brasileño ha ofrecido a la policía de Río de Janeiro una ayuda de 100 millones de reales (39 millones de euros) para reforzar la lucha antidroga despues de un fin de semana en el que la violencia entre narcotraficantes se cobró la vida de 17 personas, de las que al menos dos eran policías.
El gobernador de la región, Sergio Cabral, ha declarado este lunes que, ante tal escalada de violencia, el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, le llamó para poner a disposición del estado sitiado la Fuerza de Seguridad Nacional y otros recursos federales.
Las batallas entre bandas rivales de narcotraficantes se intensificaron este sábado. Los delincuentes llegaron a derribar un helicóptero policial, que se desplomó sobre un campo de fútbol y estalló en llamas. Además, al menos ocho autobuses fueron incendiados durante los disturbios.
Operación policial en las "favelas"
La policía de Río de Janeiro ha puesto en marcha este lunes una operación para buscar a los delincuentes que derribaron uno de sus helicópteros el pasado sábado. Cientos de policías están envueltos en el operativo, destinado a contrarrestar el poder de los grupos armados que gobiernan muchas de las 1.000 "favelas" (barrios marginales) de la ciudad.
Algunas asociaciones policiales y clubes militares han llegado a ofrecer cuantiosas recompensas económicas a todo aquel que ofrezca información que lleve al arresto de los culpables del derribo del helicóptero.
Rio de Janeiro 2016
Los enfrentamientos de los últimos días han puesto de relieve el gran desafío que enfrentan las autoridades brasileñas de cara a la organización de los Juegos Olímpicos de 2016 en Río y también para la Copa del Mundo de fútbol de 2014.
Río de Janeiro es considerada una de las ciudades más bellas del mundo, un factor que ayudó a convencer a los miembros del Comité Olímpico para designarla como sede de las Olimpiadas del 2016 frente Tokio, Chicago y Madrid.
Sin embargo, también es una de las ciudades con mayores índices de criminalidad y delincuencia callejera, un problema que los organizadores de los Juegos han prometido solucionar en menos de 6 años.