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"Muchos nombres para pocos puestos" dividen a la UE a una semana de elegir a su presidente

  • Las negociaciones entre los jefes de Estado y de Gobierno no fructifican
  • Si no hay consenso, los cargos se elegirán por mayoría cualificada
  • El nombre de Tony Blair para presidir el Consejo ya no tiene tanta fuerza
  • Tampoco hay acuerdo sobre el cargo a Alto Representante de Política Exterior

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Será en una cena de trabajo, a modo de cónclave vaticano, el próximo 19 de noviembre, donde los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea decidan quién va a ser el primer primer presidente permanente del Consejo Europeo y quién el nuevo Alto Representante de la Política Exterior.

La fórmula es la prevista. Lo que sorprende es la fecha, más tarde de lo que cabía espera, síntoma de que las negociaciones previas sobre los candidatos no acaban de avanzar.

El presidente de turno de la UE, el primer ministro sueco Frederick Reinfeldt, ha necesitado dos días para telefonear a los otros 26 líderes europeos para sondear en quién están pensando.

"Ahora tengo más nombres que puestos de trabajo", ha reconocido este miércoles Reinfeldt, en una rueda de prensa antes de comparecer ante el pleno del Parlamento Europeo.

A falta de consenso, mayoría cualificada

La tradición comunitaria manda que, ante este tipo de casting, la presidencia de turno busque el consenso de todos los socios comunitarios.

Sin embargo, el líder sueco no ha descartado este miércoles la posibilidad de forzar al resto de mandatarios a votar en la cumbre a quién prefieren para un cargo y a quién para el otro. El Tratado de Lisboa permite su elección mediante mayoría cualificada.

Reinfeldt se ha cuidado mucho de revelar el nombre de los candidaturas mencionadas por sus interlocutores en las capitales europeas.

Las cábalas oficiosas de diplomáticos y periodistas indican que la candidatura del ex premier británico Tony Blair para presidir el Consejo Europeo se ha desinflado, pero no está muerta

Francia y Alemania, el viejo eje europeo, se inclinan por el discreto primer ministro belga Herman Van Rompey. Pero no está claro que esta opción convenza al resto de gobiernos. Además, su marcha dejaría un vacío de poder en Bélgica, un país políticamente inestable.

Menos clara es la otra carrera. El británico David Milliband era el favorito para suceder a Javier Solana al frente de la reforzada diplomacia comunitaria. Pero no quiere dejar Londres por Bruselas.

Cobra fuerza la candidatura del italiano Massimo D'Alema, promovida por el grupo Socialista del Parlamento Europeo.