Las tres justicias fallidas de Somalia
- Un juez conocido por encarcelar piratas ha sido asesinado en Puntlandia
- Gran parte de los piratas detenidos son trasladados a esta región autónoma
- El gobierno de transición con el que contacta España apenas controla el sur
- En la parte del país controlada por los islamistas se aplica la 'sharia'
- La mayoría de las instituciones somalíes están en Kenia
El pasado miércoles por la noche, Mohamed Abdi Aware fue asesinado a tiros mientras iba hacia su casa, junto a una mezquita de la ciudad de Bossaso, capital de la región semiautónoma somalí de Puntlandia.
Su muerte refleja la distancia efectiva que existe entre la idea de un estado de derecho en Somalia y su aplicación práctica y precisamente no por el hecho en sí de su asesinato, sino por quién era Mohamed Abdi: un juez conocido por encerrar a piratas en una región que se considera su principal refugio.
La historia de Abdi resume buena parte de los males del cuerno de África y las dificultades que tienetrasladar a los dos piratas somalíes detenidos y trasladados a España para que sean juzgados o cumplan condena en su país.
Abdi es miembro del Consejo Judicial Supremo de Puntlandia, que se encuentra en pleno golfo de Adén y que funciona de manera autónoma y separada del gobierno reconocido internacionalmente.
La primera Justicia. Puntlandia
De los 238 piratas capturados por barcos de guerra occidentales en Somalia, menos de la mitad se envía a prisión. De estos, una buena parte se envía a la cercana Puntlandia, donde jueces como Aware tratan de aplicar la Justicia.
De acuerdo con las declaraciones a la BBC de Roger Middleton, experto en piratería del Real Instituto de Asuntos Internacionales Chatham House, está muy poco claro que estos piratas, aún siendo condenados, pasen un tiempo considerable en prisión. Muchos son liberados tras cobrarse sobornos.
Otros, condenados por jueces como Aware, saben que pronto alguien se cobrará venganza de ellos y hará pagar al tribunal su osadía.
"Lo primero que tiene que hacer el Gobierno español es saber qué relación tiene el gobierno de Puntlandia con el gobierno de transición", recalca Íñigo Macías, responsable del porgrama de África y desarrollo del Centro de Estudios Internacionales de Barcelona (CIDOB).
Como juez, Aware también envió a la cárcel a milicianos islamistas de al-Shabab, que mantiene una batalla encarnizada con el gobierno de transición.
El mapa de Somalia es el siguiente: en el norte, la relativamente estable región semiindependiente de Somalilandia, reconocida a bajo nivel por Etiopía y Reino Unido. Luego, en el centro, Puntlandia, que forma parte del país pero que funciona de forma autónoma.
Segunda Justicia: La Sharia
Por último, el sur del país con su capital, Mogadiscio, donde las milicias de al-Shabab y los señores de la guerra emprenden una lucha encarnizada contra las fuerzas de la Unión Africana y el Gobierno de transición.
Este ejecutivo, al que España se ha dirigido para tratar el tema de los piratas, opera en la práctica desde Nairobi y está presidido por Sharif Sheikh Ahmed, que derrotó al entonces primer ministro, Nur Hassan Hussein, en unas dramáticas elecciones el pasado mes de enero.
En realidad, decir que Ahmed o Hussein gobiernan el país es un eufemismo, porque Somalia es un estado fallido desde hace 20 años. Cuando 1991 cayó el gobierno del dictador Siad Barre, el país ha vivido un enfrentamiento constante, alimentado por la intervención de terceros países -sobre todo Etiopía y Eritrea, con la intervención estela de Estados Unidos como país invitado.
"La ausencia durante todo este tipo de un Gobierno legítimo y eficaz en lo que a provisión de servicios básicos se refiere ha facilitado las dos iniciativas de autogobierno de Somalilandia y Puntlandia", destaca Macías.
Eso también ha provocado que no exista un estado de derecho como tal que dependa del gobierno somalí y que se pueda hacer cargo de los piratas. Más allá de la amenazada justicia de Puntlandia, de la que Aware es el último ejemplo, en Somalia sólo existe otra justicia, la de 'sharia', que las milicias islamistas aplican a los lugares que van conquistando.
"Paradójicamente, el único periodo de estabilidad en el país se produjo cuando los islamistas se hicieron con el poder y establecieron tribunales de Justicia islámicos", reconoce el experto de CIDOB.
Un buen ejemplo de esta 'Justicia' la detallaba Mohamed Mohamed, de la BBC, el pasado mes de mayo, cuando contaba cómo la amputación de la mano de un ladrón en un parque público se había convertido en el fenómeno del día en la localidad de Kismayo, en manos de las milicias.
Tercera Justicia: el limbo keniano
La tercera Justicia somalí y quizá la más homologable paradójicamente no se encuentra en Somalia, sino en Nairobi, donde teóricamente los países occidentales habían acordado juzgar a los piratas que detuvieran, aunque luego ese compromiso ha quedado en agua de borrajas.
En un gesto significativo, la secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, se reunió apenas unos minutos con el presidente Ahmed en Nairobi dentro de su gira por África. Allí se comprometió a darle ayuda militar y amenazó a Eritrea por apoyar a los islamistas...y luego siguió su camino.
Luego Ahmed, el hombre que tiene que garantizar que los piratas españoles cumplan su condena, se volvió a su semi exilio en la capital de Kenia.
"Desde Somalia piden que sus dos compañeros vuelvan, pero cuando dicen que vuelva, ¿a qué se refieren? ¿Van a aceptar que les juzguen?¿Quieren que se les juzgue en su propio país o simplemente quieren que los dejen en el mismo sitio donde fueron capturados?", se pregunta Macías.