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Hamid Karzai jura su segundo mandato como presidente de Afganistán

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Hamid Karzai jura su segundo mandato como presidente de Afganistán

La ceremonia de investidura del presidente Hamid Karzai, para un nuevo mandato de cinco años en Afganistán se presentó, en presencia de más de 800 invitados entre los que estuvieron 300 mandatarios extranjeros, según las imágenes difundidas en directo por la televisión pública afgana.

"Prometo seguir y proteger la religión islámica, la Constitución y las leyes del país", dijo Karzai al tomar posesión del cargo ante el jefe del Tribunal Supremo, Abdul Salam Azimi.

Karzai, repitiendo las palabras de Azimi, juró "proteger la independencia y los derechos del pueblo afgano".

También prometió combatir la corrupción y reforzar el Ejército para que pueda asumir la tarea de proteger al pueblo afgano y reiteró también su oferta de reconciliación a los talibanes moderados y de colaboración con sus opositores en las elecciones a la Presidencia.

Acto seguido, el jefe de Estado, ataviado con una capa verde y su tradicional gorro afgano (karakul) para la ocasión, administró la jura de sus dos vicepresidentes, Karim Khalili y el mariscal Qasim Fahim.

La ceremonia se había iniciado en las afueras del Palacio Presidencial, donde Karzai pasó revista a las tropas antes de entrar en el complejo y saludar a algunas de las personalidades que se sentaban en primera fila, como la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, y el presidente paquistaní, Asif Alí Zardari.

En una sala repleta de turbantes y atuendos afganos, todos los presentes se pusieron en pie entonces para escuchar rezos coránicos y el himno afgano, justo antes de que Karzai tomara posesión como presidente e iniciara su discurso de investidura.

Hamid Karzai ha sido reelegido jefe de  Estado después de una votación presidencial calamitosa, marcado por fraudes en su favor en el momento de la primera vuelta el 20 de agosto, y la retirada de su adversario, Abdulá Abdulá, antes de la segunda vuelta prevista a principios de noviembre.

El presidente afgano debe pronunciar un discurso muy esperado por la comunidad internacional, que multiplica desde hace varias semanas las presiones para que erradique la corrupción y restaure una legitimidad puesta en un estado lastimoso.