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Zelaya no aceptará ser restituido por el Congreso para no legalizar las elecciones

  • El presidente depuesto se atrinchera en sus posiciones
  • Recuerda que ha habido un 60% de abstención
  • El Congreso tiene que votar el próximo miércoles su vuelta al poder

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El presidente depuesto de Honduras, Manuel Zelaya, ha adelantado que no aceptará su restitución en el cargo que votará el congreso del país el próximo 2 de diciembre porque no quiere legalizar las elecciones generales del domingo, en las que ganó su antiguo rival político, Porfirio Lobo, y ha insistido en que la abstención supera el 60%.

"Ni restitución para legitimar el golpe ni para avalarles un proceso que está totalmente viciado de nulidad", ha declarado Zelaya en declaraciones a Radio Globo tras las elecciones generales celebradas el pasado domingo, sin el respaldo de la comunidad internacional y que dieron el triunfo al opositor Porfirio Lobo.

Lobo venció en los comicios, que no han sido reconocidos por el bando de Zelaya al no estar el presidente depuesto al frente del país. Según el Acuerdo de Tegucigalpa-San José, firmado por Zelaya y Micheletti -que ya ha asegurado que no pondrá ningún obstáculo a la llegada de Lobo al poder- la restitución del presidente depuesto tenía que someterse a la votación del Congreso.

Zelaya cuenta con el apoyo de la mayoría de los países latinoamericano, reunidos en la XIX Cumbre Iberoamericana en Estoril (Portugal), pero allí los máximos mandatarios de países como Panamá, México, Perú o Colombia ya han anunciado que reconocerán los resultados de las elecciones mientras otros como Brasil se niegan.

España, que ya anunció que no reconocería los resultados, ha admitido que tampoco los puede ignorar y que el ganador de los comicios es un actor más a tener en cuenta en la resolución del conflicto.

Zelaya denuncia que la abstención superó el 60%

El presidente depuesto ha reiterado sus denuncias de que la abstención superó el 60%, mientras las autoridades electorales hondureñas afirman que la participación fue del 61,3%.

El censo electoral total es de 4,6 millones de votantes, de los que, según las autoridades electorales, algo más de un millón, residentes en el exterior habitualmente no participa en los comicios, por lo que reduce el "censo activo" en esa cantidad.

"Yo me voy a encargar de sacar los datos alcaldía por alcaldía", ha declarado Zelaya, al subrayar que "todo el pueblo sabe que las votaciones bajaron" y "sin embargo ellos dicen que hay 600.000 votos más en la votación".

Zelaya ha insistido en que los comicios se desarrollaron en una Honduras con la población "aterrorizada" y sin "libertad para expresarse" por la presencia de militares en todo el país, y ha dicho que la revisión de los datos va a demostrar que las elecciones tienen un "vicio de fraude, de ilegalidad, de origen".

"No me rindo aunque me tengan amenazado, aunque me quieran humillar porque estoy defendiendo una causa, que es la causa del pueblo Honduras", ha señalado.