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Brown se salva del último golpe a su liderazgo gracias al apoyo de sus ministros

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Gordon Brown ha vuelto a salvarse por tercera vez de un golpe contra su liderazgo en el seno del Partido Laborista a menos de seis meses para las elecciones legislativas, aunque logrando un apoyo tibio de sus ministros, especialmente de su más probable sucesor, el ministro de Exteriores, David Miliband.

"Trabajo estrechamente con el prmer ministro en los temas de Política Exterior y apoyo la campaña de reelección del gobierno laborista que él lidera", ha declarado Miliband en un breve comunicado remitido poco antes de las ocho de la tarde, más de seis horas después de que se conociese la iniciativa de los ex ministrs Hoon y Hewitt para pedir una votación secreta a los diputados laboristas sobre el liderazgo de Brown.

Tras conocerse la noticia, el primer ministro ha luchado durante varias horas para apuntalar su autoridad, consiguiendo en última instancia el apoyo del reticente Miliband, la gran esperanza de los rebeldes para que la rebelión contra Brown se extendiese por la Cámara de los Comunes.

Movimiento blairista

Los que fueran titulares de Sanidad y de Defensa en los gobiernos del ex primer ministro Tony Blair enviaron una carta a los parlamentarios con la idea de que se votara lo antes posible si debe iniciarse un proceso para cambiar a su líder.

La reacción a su propuesta ha sido de apoyo por parte de unos pocos diputados que, como ellos, pertenecen al ala "Blairista" de la formación (partidarios de Blair, a quien Brown sustituyó, sin mediar elección en junio de 2007) y de indignación por parte de los ministros cercanos a Brown.

Así, el responsable del Interior, Alan Johnson, renovó su respaldo al primer ministro y descartó la idea de una votación, al igual que el titular de Justicia, Jack Straw; de Energía, Ed Miliband; de Empresa, Peter Mandelson; de Escuelas, Ed Balls; de Salud, Andrew Burnham, y de Economía, Alistair Darling.

Ésta parece ser la última intentona de los 'blairitas' de relevar a Brown como candidato laborista antes de las elecciones, en las que parte con unos diez puntos de desventaja respecto a los conservadores.

Ya se salvó en verano

El pasado verano una serie de dimisiones, que culminaron con la del ministro de Trabajo y Pensiones, James Purnell, puso al primer ministro contra las cuerdas, ya que además se estaba fraguando una histórica derrota electoral en las Europeas y en las elecciones locales.

Entonces, Brown logró salir a flote gracias a un discurso en Downing Street en el que anunció una reforma constitucional y medidas para dignificar la clase política tras el escándalo de las retribuciones de los parlamentarios.

Sin embargo, ahora los rebeldes le cogen en un mejor momento, con las encuestas un poco más favorables y buenas respuestas parlamentarias de Brown a las cuestiones parlamentarias, según estima la prensa británica.