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Londres y Dublín dan 48 horas a Irlanda del Norte para acordar un nuevo gobierno autónomo

  • Brown y Cowen han presentado a católicos y unionistas sus propuestas
  • El objetivo es devolver las competencias de interior y justicia en mayo

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Los Gobiernos británico e irlandés han fijado un plazo de 48 horas para que los partidos norirlandeses lleguen a un acuerdo sobre el futuro del Ejecutivo autónomo de poder compartido.

En una rueda de prensa conjunta con su homólogo irlandés, Brian Cowen, el primer ministro británico, Gordon Brown, ha explicado que han presentado a las formaciones una serie de propuestas que pueden formar la base para sellar un acuerdo. En caso de que las partes no logren para entonces "progresos sustanciales", ha advertido Brown, los dos Gobiernos harán públicas sus "propias propuestas".

Ambos mandatarios han dado de plazo hasta este viernes para que los partidos de la provincia las estudien y decidan el siguiente paso, que debería desembocar en la devolución a la autonomía de las competencias de Justicia e Interior, actualmente administradas por Londres.

Según ha apuntado el premier británico, Londres y Dublín creen que la devolución de las citadas competencias podrá decidirse en votación en la Asamblea norirlandesa a principios del próximo mes de marzo, mientras que el proceso de transferencia de los poderes a las instituciones autonómicas podría comenzar en mayo.

Parálisis del proceso de paz

"No puede subestimarse la importancia que tienen estas decisiones para el futuro de Irlanda del Norte. Con liderazgo y valentía se puede conseguir", ha insistido Brown.

Durante las intensas negociaciones de los últimos tres días, el Sinn Fein, socio del mayoritario Partido Democrático Unionista (DUP) ha dejado entrever que abandonará el Gobierno de poder compartido si los unionistas no acceden a fijar una fecha para la devolución de las competencias.

El colapso del Ejecutivo de Belfast convertiría la parálisis del proceso de paz en una crisis de larga duración y obligaría a convocar elecciones autonómicas anticipadas.

No obstante, el DUP sostiene que sólo dará su visto bueno cuando se hayan solucionado otras cuestiones -inaceptables, de momento, para los republicanos- como, por ejemplo, la abolición de la Comisión de Desfiles. Creada un año antes de la firma del acuerdo de paz del Viernes Santo (1998), la Comisión supervisa y modifica las rutas de las controvertidas marchas de la Orden protestante de Orange por ciertas zonas católicas.

Las conversaciones continúan

El líder del DUP y ministro principal norirlandés, Peter Robinson -quien en principio lpermanece apartado temporalmente de su cargo a raíz de un escándalo-, ha declarado que su partido no está dispuesto a aceptar "una acuerdo de segunda clase" para contentar con ello las "demandas de fechas de otra gente". "Haremos lo que es correcto para nuestra comunidad", ha apostillado.

El Sinn Fein, antiguo brazo político del IRA, ha dicho sentirse "profundamente decepcionado" por el fracaso de las conversaciones con el DUP, al que acusa de torpedear el acuerdo por sus demandas respecto a las marchas orangistas.

El viceministro principal norirlandés, el republicano Martin McGuinness, ha subrayado que su formación no tolerará que los "derechos de los ciudadanos" estén sujetos al "veto unionista" o a las "condiciones de la Orden de Orange", una asociación que todavía consideran sectaria.

Brown y Cowen han abandonado juntos el castillo de Hillsborough, a las afueras de Belfast, después de tres días de duras negociaciones, que retoman ahora el ministro británico para Irlanda del Norte, Shaun Woodward, y el titular irlandés de Asuntos Exteriores, Michael Martin.