El jefe del ejército ruso considera una amenaza el nuevo escudo antimisiles de Obama
- Considera que retrasa la firma del nuevo tratado de no proliferación de armas
- EE.UU. pretende colocar interceptores en Europa, algo que no quiere Moscú
El jefe de las fuerzas armadas rusas, Nikolai Makarov, ha denunciado que los nuevos planes de defensa antimisiles de EE.UU. están dirigidas contra Rusia y que las diferencias sobre este asunto impiden la firma de un nuevo tratado de no proliferación de armas nucleares con Washington.
"El desarrollo y el establecimiento de un escudo antimisiles de Estados Unidos va dirigido directamente contra la Federación Rusa", ha asegurado Makarov a la agencia Interfax.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, tuvo un gesto hacia Rusia al desestimar el proyecto de su antecesor, George W. Bush, de colocar un escudo en Polonia y República Checa, pero ahora planea colocarlo en Rumanía.
El nuevo plan de Obama se basa en la colocación de interceptores de misiles en Europa, aunque insiste en que no es una amenaza para Rusia.
"A pesar de las declaraciones de esos hombres que dicen que eso va en favor de nuestra seguridad, eso está lejos de ser cierto", ha añadido a la agencia RIA.
El problema es que esta nueva disputa llega cuando el tratado para suceder al acuerdo START -firmado en 1991 y que supuso el fin da la Guerra Fría- está a punto de ser cerrado como símbolo de las nuevas relaciones entre EE.UU. y Rusia tras la guerra de Georgia en 2008.
Rusia teme que el escudo de EE.UU. pueda debilitar su potencial nuclear y altere el balance de poder con sus antiguos rivales de la Guerra Fría y ha expresado sus reservas para reducir sus armas ofensivas sin limitar la defensa antimisiles.
Washington es consciente de la relación entre arsenales ofensivos y defensivos, pero ha asegurado que el nuevo tratado no incluirá limitación alguna en defensa antimisiles, lo que dificultaría que el Senado de EE.UU. lo ratificase.