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El ejército afgano acusa a los talibanes de usar civiles como escudos humanos en Helmand

  • Asegura que se mezclan con la población para retrasar el avance de los aliados
  • Cinco días después, las fuerzas internacionales constatan la resitencia talibán
  • Ambas partes inician la guerra de propaganda para ganarse a la población

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Un sargento de los marine sostiene a un niño pequeño en la ciudad afgana de Marjah.
Un sargento de los marine sostiene a un niño pequeño en la ciudad afgana de Marjah.

Los talibanes están utilizando a civiles como escudos humanos para protegerse a sí mismos y retardar el progreso de las fuerzas afganas e internacionales en su bastión de Marjah, en el sur de Afganistán, según ha denunciado el ejército afgano.

"Se llevaron a civiles como rehenes. Pusieron a las mujeres y los niños en los techos y dispararon", protegidos por los civiles, ha asegurado el general Mohaidin Ghori, comandante de las fuerzas afganas en la Operación Mushtarak.

Así, los talibanes fueron vistos disparando desde la ventana de una casa donde estaban civiles, según un informe de las operaciones de los que AFP ha obtenido una copia. Un niño llorando también se encontraba en la casa.

"Nuestros soldados vieron a tres talibanes dispararles a continuación, ejecutarles en la casa. Como nuestros comandantes tenían órdenes de no disparar contra civiles, dejamos que huyeran ", ha asegurado el coronel Shireen Shah.

Los talibanes lo niegan

Un portavoz de los talibanes, Yousuf Ahmadi, ha negado las acusaciones calificándolas de "mentiras".

"Nunca hemos utilizado a civiles como escudos humanos. Nosotros estamos aquí, dispuestos a luchar contra los invasores en combate directo", ha declarado Ahmadi.

Según los aliados, estas tácticas de los insurgentes, combinada con la colocación de bombas de fabricación casera, "ha frenado el avance de nuestras tropas".

"La operación Mushtarak (juntos en dari) está en marcha. Los talibanes son capaces tácticamente, ofrecen resistencia y son astutos", ha declarado el comando de las fuerzas internacionales en un comunicado.

"El número de minas es importante en estas áreas, y las fuerzas aliadas debe ser muy medidas en sus movimientos para minimizar las pérdidas", ha añadido la OTAN.

Retraso de la operación

Lo cierto es que, aunque los comandantes afganos había asegurado a principios de esta semana que la coalición había asumido el control de prácticamente todo Marjah y sus alrededores, lo cierto es que el gobernador provincial ha tenido que reconocer que la ciudad aún no está "limpiada" de talibanes.

Desde el sábado, alrededor de 15.000 soldados afganos y extranjeros participan en la operación, en el corazón de la provincia de Helmand, con el objetivo de arrebatar el control de la zona a los insurgentes y los señores de la droga.

Una vez desalojados los talibanes, la segunda fase de la operación debería suponer la restauración de la autoridad de Kabul, la verdadera prueba de fuego ya que supondría ganarse la confianza de los ciudadanos locales.

En ese contexto se sitúa la denuncia del ejército afgano, así como las palabras de la OTAN, que ha admitido  que el ataque de cohetes que mató a 12 civilesel domingo en Nad Alí no erró en su objetivo, como aseveró en su momento.

"La revisión todavía continúa pero se ha determinado que el sistema HIMARS (sistema de alta movilidad de cohetes de artillería) funcionó adecuadamente", ha declarado en un comunicado.

De esta forma, el ministro afgano de Interior, Mohamed Hanif Atmar, ha añadido que, según la investigación inicial, nueve civiles y tres talibanes perdieron la vida en este ataque, dando así pábulo a la idea de que los insurgentes se mezclan con la población.