El escritor Miguel Delibes muere a los 89 años en su casa de Valladolid rodeado de su familia
- El novelista había recibido los principales premios de las letras hispanas
- Desarrolló su carrera periodística en El Norte de Castilla, donde fue director
- Deja tu adiós a Miguel Delibes
Ver también: Especial Muere Miguel Delibes
El escritor y académico Miguel Delibes ha muerto a los 89 años en su casa de Valladolid, rodeado de sus seres queridos, según han informado a Efe fuentes familiares.
El féretro del literato ha llegado poco después de las 12:00 horas de este viernes al Ayuntamiento de Valladolid, en cuyo Salón de Recepciones quedará instalada su capilla ardiente.
El consistorio ha celebrado un pleno para decretar tres días de luto en la ciudad y las banderas ya ondean a media asta. También la Junta de Castilla y León guardará tres días de luto por el fallecimiento.
Los restos de Delibes serán incinerados este sábado y, según fuentes municiplaes, son cenizas descansarán en el Pabellón de Personajes Ilustres del Cementerio del Carmen de Valladolid.
Condolencias de cultura y política
Las condolencias han comenzado a llegar desde el mundo de la cultura y la política. El Director de la Real Academia Española, Víctor García de la Concha, ha expresado en nombre de la institución, la condolencia por el fallecimiento de uno de sus miembros, ya que el escritor ocupaba el sillón de la letra "e".
La ministra de Cultura, Ángeles González Sinde, en declaraciones a Radio Nacional, ha considerado "una lástima" que "no haya dado tiempo a que tenga el premio Nobel", ya que "es uno de los autores universales que realmente lo merecía".
La salud del Premio Cervantes, que desde el jueves estaba inconsciente, se había agravado drásticamente en las últimas horas, motivo por el cual sus hijos cancelaron todas sus actividades para estar cerca de su padre.
Su estado de salud empeoró desde las pasadas Navidades, pero llevaba muchos años delicado, sobre todo desde que le diagnosticaron un cáncer de colon en 1998.
Delibes, cuya obra ha sido galardonada con los principales premios de las letras hispanas, recibió en 2009 los últimos reconocimientos en forma de sendas medallas concedidas por los gobiernos de Castilla y León y de Cantabria.
Una vocación literaria tardía y premiada
Miguel Delibes Setién nació en Valladolid el 17 de octubre de 1920. Estudió Comercio y Derecho y logró la cátedra de Derecho mercantil en la escuela de su ciudad natal.
Comenzó como caricaturista de El Norte de Castilla a comienzos de los años 40. Desarrolló su carrera periodística en el diario decano de la prensa española, donde llegó a ser subdirector y luego director, puesto que ocupó hasta 1963.
“Su carrera comenzó con La sombra del ciprés es alargada, con la que ganó el Nadal“
Delibes no empezó a escribir literatura hasta los 25 años. Con La sombra del ciprés es alargada, su primera novela, ganó el premio Nadal en 1948, cuando el galardón era independiente y prestigioso.
Desde entonces, su obra no hizo más que crecer en cantidad y calidad. Hasta su último libro, La tierra herida: ¿qué mundo heredarán nuestros hijos?, publicado junto a su hijo en 2003, han sido más de 60 libros, incluyendo obras como El camino, Las ratas, Los santos inocentes, Señora de rojo sobre fondo gris o El hereje, su última novela, que mereció el Premio Nacional de Literatura.
Antes había recibido los principales reconocimientos de las letras hispanas: el Premio Príncipe de Asturias en 1982, el Nacional de las Letras en 1991 y el Premio Cervantes en 1993.
Desde el mundo del cine también llegaron los reconocimientos en forma de adaptaciones de sus obras: El camino en 1963 y 1977, Mi idolatrado hijo Sisí en 1963 (titulada Retrato de familia), El príncipe destronado (1977 como La guerra de papá), Los santos inocentes (1984) o Las ratas en 1998, son algunas de ellas.
¿Cómo estás? "Mal", respondía últimamente en todas las entrevistas. Sin la posibilidad de escribir desde finales de los 90, Miguel Delibes daba su vida "por vivida" ya desde años antes de su muerte, "no porque crea que ya lo he hecho todo en la vida, sino por el convencimiento de que ya no puedo hacer más", explicaba.