Los tripulantes de cabina de British Airways convocan siete días de huelga a fin de mes
- Los auxiliares de vuelo pararán del 20 al 22 de marzo y del 27 al 30
- La semana que viene analizan una propuesta de BA
Los tripulantes de cabina de British Airways (BA) secundarán siete días de huelga este mes de marzo, del 20 al 22 y del 27 al 30, evitando así la Semana Santa como se comprometió el sindicato mayoritario Unite, como rechazo a la congelación salarial y al recorte de personal en las rutas de larga distancia.
Unite, que representa a 12.000 auxiliares de vuelo, tenía de plazo hasta el lunes para hacer públicas las fechas de los nuevos paros, según la normativa vigente, después de que el colectivo aprobara el mes pasado por una mayoría del 80% secundar una nueva huelga tras la convocada la pasada Navidad, que fue prohibida por un juez.
El secretario general de Unite, y principal negociador con la dirección de BA, Len McCluskey, ha señalado que no descartan nuevas acciones de protesta a partir del 14 de abril, si el conflicto que mantienen con la compañía por su plan de ajuste no se resuelve.
"Lamentablemente la dirección de British rechazó nuestra oferta" sesgún McCluskey que explica que a cambio BA presentó una nueva oferta formal que "se queda corta" y que los representantes de los trabajadores examinarán en profundidad en una asamblea.
Desde Unite se defiende que las concesiones que reclaman los trabajadores son "insignificantes", en comparación con las medidas que pretende aplicar BA, y con las pérdidas que supondrá para la compañía mantener "un conflicto laboral".
Valorarán la nueva oferta
McCluskey confirmó que realizarán una nueva consulta a medidas de la próxima semana entre los TCP para valorar la propuesta de BA, que la propia comisión negociadora no suscribe. No obstante, aseguró que si la mayoría de los trabajadores dieran su respaldo a dicha oferta cancelarían la huelga.
"Las negociaciones han sido muy difíciles -reconoce McCluskey- ya que cada vez que parecían avanzar se realizaban declaraciones públicas por parte de algún directivo que inflamaban la situación".
La aerolínea británica, que ultima su fusión con Iberia, planteó en noviembre del pasado año la baja voluntaria a más de 1.000 tripulantes de cabina y la reducción a la mitad de la jornada para 3.000 trabajadores, que justificó por la caída de ingresos como consecuencia de la crisis, que se está cebando especialmente con la industria aérea.
Además, el plan de contención de gastos contenía la congelación salarial de dos años a partir de este año, así como la reducción de 15 a 14 tripulantes en los vuelos de larga distancia, lo que, según los sindicatos, repercutiría tanto en la calidad del servicio prestado como en las retribuciones de los trabajadores.