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Los manifestantes tailandeses arrojan su sangre contra la casa del primer ministro Abhisit Vejjajiva

  • Tailandia hace frente al cuarto día de protestas
  • El Gobierno rechazó el ultimátum dado por los seguidores de Thaksin Shinawatr

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Protestas en Bangkok contra el primer ministro tailandés

Miles de manifestantes "camisas rojas" han logrado este miércoles en Bangkok romper el cordón policial en torno a la casa del primer ministro, Abhisit Vejjaviva, y han vertido en la entrada decenas de litros de sangre que previamente habían donado miles de voluntarios.

Tras varias horas de presión, los cientos de policías que vigilan el edificio con cuatro furgones a la entrada tuvieron que abrir paso a los manifestantes, que vertieron la sangre directamente en la puerta o dentro de bolsas de plástico tiradas como proyectiles.

Después de cerca de media hora, los líderes de la protesta se retiraron y se volvió a componer el cordón policial. En este caso, los agentes no hicieron ningún ademán de impedir que los manifestantes llevarab a cabo su protesta.

Por otro lado, los manifestantes habían cortado al tráfico la avenida Sukhumvit, la principal arteria de Bangkok, para poder acceder a las inmediaciones de la casa del primer ministro. 

Cuarto día de protestas

Las movilizaciones callejeras siguen luchando por su objetivo: los seguidores del depuesto ex líder tailandés Thaksin Shinawatra pretenden forzar al Gobierno a convocar elecciones anticipadas, aunque el primer ministro, Vejjajiva, no cede ante la presión.

El vertido de la sangre contra la casa del político se ha producido tras el lanzamiento, el pasado martes, de decenas de litros de sangre contra la sede del Parlamento que habían donado 20.000 voluntarios. Esta iniciativa ha sido criticada incluso por el propio Shinawatra. A esta situación hay que añadir que dos soldados resultaron heridos.

Esta es la mayor manifestación de los "camisas rojas" desde la que protagonizaron en abril de 2009 y que se saldó con dos muertos, 102 heridos, y la declaración del estado de excepción en Bangkok y cinco provincias vecinas.

Tailandia atraviesa una profunda crisis política desde el golpe de Estado que derrocó en 2006 a Shinawatra, exiliado y prófugo de la justicia tailandesa, que recientemente le confiscó la mitad de su patrimonio por su origen ilícito.