Detenido en México un sospechoso por el crimen de funcionarios del consulado de EE.UU
- Al sospechoso le investigaban las "autoridades estadounidenses y mexicanas"
- La detención la ha realizado el Ejército mexicano
Las autoridades mexicanas han informado este lunes de la detención de un hombre en Ciudad Juárez que podría estar relacionado con el asesinato de tres personas vinculadas al consulado de Estados Unidos en esa ciudad, según ha informado el portavoz del Operativo Chihuahua, Enrique Torres Valadez.
En entrevista con una emisora local, el funcionario ha confirmado que el detenido "estaba siendo investigado por parte de autoridades estadounidenses y mexicanas" en relación con los hechos cuando fue detenido el viernes pasado en Ciudad Juárez, urbe fronteriza con la estadounidense El Paso y una de las más castigadas por la violencia asociada al narcotráfico.
La detención la realizó el Ejército
Torres Valadez ha explicado que pronto "estará formalizando la información la Procuraduría de Justicia de Chihuahua. Hasta el momento no se ha dado la información oficial sobre la identificación de esta persona. Fue el Ejército quien llevó a cabo esta detención".
Un diario local adelanta la identidad del sujeto, a quien identifica como Ricardo Valles de la Rosa, quien podría ser un líder de la banda de "Los Aztecas", pero un portavoz de la Procuraduría General de Justicia de Chihuahua en Ciudad Juárez no pudo confirmar la identidad del arrestado.
La condena de Obama
El pasado 13 de marzo fueron asesinados en el centro de Ciudad Juárez Lesley Ann Enriquez, una empleada del consulado estadounidense, y su marido, Arthur Redelfs, un oficial de Policía de la oficina del Sheriff en el condado de El Paso (Texas).
Asimismo, un policía estatal que estaba casado con una empleada de la sede consular fue asesinado el mismo día por un grupo de hombres armados también en la zona centro de Ciudad Juárez.
El crimen se produjo, según informaron funcionarios estadounidenses y mexicanos, a plena luz del día, cuando las víctimas salieron de una fiesta y fueron atacados por diversos disparos efectuados por presuntos sicarios.
Estas muertes generaron la indignación del presidente Barack Obama así como la condena del Gobierno mexicano.