Atenas reafirma que no usará el mecanismo de emergencia europeo para saldar sus deudas
- El ministro de Finanzas lo ratifica después de reunirse con Papandreu
- El diferencial entre los bonos griegos y los alemanes se reduce ligeramente
El ministro de Finanzas griego, Yorgos Papaconstantinu, ha insistido este viernes en Atenas que su gobierno no tiene intención de solicitar la activación del mecanismo europeo de apoyo financiero aprobado por los líderes de los países miembros del euro el pasado 25 de marzo.
Papaconstantinu ha ratificado esa decisión de Atenas después de reunirse de forma extraordinaria con el primer ministro, Yorgos Papandreu. "No se planteó tal asunto. Hemos declarado que Grecia no tiene intención de hacer uso de ese mecanismo", ha declarado el ministro a la salida del encuentro.
Respaldo europeo
Tanto el presidente de la Unión Europea, el belga Herman Van Rompuy, como el presidente francés, Nicolas Sarkozy, han querido despejar este jueves cualquier duda sobre la capacidad de la Unión Europea de acudir en ayuda de uno de sus socios.
Van Rompuy ha señalado que los países de la Eurozona están "listos para intervenir si lo piden los griegos", aunque ha reconocido que "ese plan de ayuda sólo será creíble si funciona" y se ha comprometido a aportar "soluciones" antes de mediados de abril.
Por su parte, Sarkzoy ha querido ser más convincente y ha asegurado que el plan se puede activar "en cualquier momento", en respuesta a las preguntas de los periodistas durante una rueda de prensa conjunta con el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi.
Defensa del euro
El temor de que la turbulenta situación económica de Grecia pase factura al euro ha llevado a la Comisión Europea a defender este viernes la solidez de la moneda única y a asegurar que no hay motivos para la preocupación a pesar de su caída ante otras divisas. "El euro es una divisa estable y fuerte, y no hay nada por lo que preocuparse", ha señalado la portavoz comunitaria Amelia Torres.
Desde mediados de la semana pasada, las dudas sobre Grecia han arrastrado a la divisa europea, que ha llegado a tocar su mínimo de los últimos diez meses frente al dólar, a pocas centésimas de 1,32 dólares. Sin embargo, el apoyo brindado a Atenas este jueves por el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, pareció tranquilizar los mercados y la cotización del euro ha terminado la semana muy cerca de 1,34 dólares.
Reacción de los mercados
La reunión del ministro de Finanzas y el primer ministro griego se ha convocado después del descalabro sufrido el jueves por la Bolsa de Atenas, que se desplomó casi un 4%. Las dudas sobre la capacidad de Grecia para reducir su déficit público y atender los vencimientos más inmediatos de su deuda han provocado la presión de los mercados financieros sobre los intereses aplicados a la deuda griega. Este jueves el diferencial de sus bonos a diez años con los similares de Alemania, utilizados como referencia en Europa, rozó los 463 puntos, su máximo en los últimos 12 años.
Todas estas declaraciones han actuado como bálsamo y todas las bolsas europeas han cerrado la última sesión de la semana con fuertes subidas, sobre todo en el parqué ateniense que ha cerrado la última sesión de su turbulenta semana con una fuerte subida del 4,5% en su índice principal. La rebaja de calificación de la deuda griega realizada por la agencia Fitch se difundió al cierre del mercado, con lo que se evitó la reacción inmediata de los mercados.
Mientras, el diferencial de los bonos griegos con los papeles alemanes se ha reducido ligeramente hasta situarse en el entorno de 410 unidades, lo que se traduce en una rentabilidad de entre el 7,25% y el 7,27%.
Con esos datos en mente, Papaconstantinu ha reconocido que al Gobierno le "preocupa el alto interés en el préstamo" y ha asegurado que esa penalización "no responde a la situación real de la economía griega".
Grecia es el país de la Euro zona más afectado por la reciente crisis financiera mundial. Sus 16 socios en el euro se comprometieron el mes pasado a proporcionar a Atenas créditos bilaterales, junto a otras ayudas complementarias del Fondo Monetario Internacional, pero sólo en el caso de que el gobierno griego lo solicite y el resto considere que es "realmente necesario".
Retirados 8.000 millones de euros de los bancos
La poca seguridad que ofrece la economía de Grecia se trasluce en el hecho de que empresas y hogares griegos retiraran cerca de 8.000 millones de euros de los bancos del país durante los meses de enero y febrero, según un reciente informe del Commerzbank basado en datos del Banco de Grecia. Esa cantidad equivale al 4% del PIB griego.
Los economistas temen que sea sólo el comienzo y que la salida de dinero vaya en aumento, lo que no sólo causaría problemas a los bancos, sino al propio Estado griego, ya que esas entidades son los principales suscriptores de las obligaciones emitidas por el país para cubrir sus deudas, según asegura el estudio del banco.
Sin embargo, una fuente del Banco de Grecia que no quiere ser identificada ha salido al paso de esos temores y ha asegurado que en las últimas semanas de marzo se frenaron esas retiradas de capital. Según asegura, los 8.000 millones de euros que familias y empresas han sacado de los bancos del país suponen "sólo el 3,1% de los depósitos de los griegos en las entidades bancarias".
Esa misma fuente destaca que el total de esos depósitos asciende en la actualidad a 240.000 millones de euros, un récord en comparación con la que existía en años anteriores.