Las dudas sobre Grecia hunden su Bolsa y disparan el coste de su deuda
- Atenas reconoce las dudas de la UE sobre su capacidad para recortar el déficit
- Los mercados tratan de forzar la intervención europea, según los analistas
El nerviosismo y la preocupación sobre Grecia ha regresado a los mercados financieros, que dudan de la capacidad del país heleno para recortar su déficit y poder cumplir con sus inminentes compromisos de pago de deuda.
Como consecuencia de esa incertidumbre, la Bolsa griega se ha desplomado y este jueves su índice principal ha caído un 3,92%, lo que se suma al 2,985 que perdió el miércoles. Al mismo tiempo, la rentabilidad de la deuda griega se ha disparado: sus bonos a diez años pagan intereses superiores al 7% y los de los bonos a dos años están castigados con cerca del 8%.
Este récord histórico encarece aún más los préstamos que necesita el Gobierno para atender los próximos vencimientos de deuda de mayo, que ascienden a 11.000 millones de euros y que, según muchos economistas, Atenas no va a ser capaz de atender.
La falta de credibilidad ha sido reconocida este jueves por el propio ministro de Finanzas griego, Yorgos Papaconstantinu. "Los socios europeos se han convencido" de que Grecia conseguirá recortar su déficit este año, pero como ha advertido el ministro, "empiezan a preocuparse por los próximos años" y por la habilidad del país para "reducir la deuda, avanzar con los cambios estructurales y poner en marcha el desarrollo".
Tampoco ha ayudado a generar seguridad la petición de los bancos griegos al Gobierno de Atenas para que les permita acceder a los 17.000 millones de euros que quedan del plan estatal aprobado en 2008 para facilitar liquidez al sistema bancario del país. Esa ayuda consistiría, según el Ministerio de Economía heleno, en garantías de préstamos y bonos del Estado con las que las entidades financieras griegas podrían obtener líneas de crédito del Banco Central Europeo.
¿Inminente activación del plan europeo de rescate?
Esas dudas, y el fuerte precio que Grecia se ve obligada a pagar en los mercados internacionales por los préstamos que necesita, han llevado a los mercados y a muchos economistas a considerar inminente la petición de Atenas a sus socios de la Eurozona para que activen el plan de rescate aprobado por los líderes europeos el pasado 25 de marzo.
"Ahora Gobierno griego debe acudir públicamente a la UE y el FMI y perdir los fondos y el apoyo. No puede retrasarse más", ha declarado a Reuters Chris Pryce, analista de Fitch Ratings en Grecia.
Un portavoz del gobierno griego ha desmentido esos rumores y ha insistido en que su país no necesita recurrir a ese mecanismo de ayuda. "La red de seguridad de la UE y el FMI está ahí para garantizar que Grecia no esté sola", ha remarcado, aunque también ha reconocido que se están haciendo todos los esfuerzos posibles para no tener que pedir prestado a los tipos de interés "exagerados" que ha fijado el mercado.
El Banco Central Europeo, en declaraciones de su presidente, Jean Claude Trichet ha asegurado que está "fuera de toda duda" que Grecia pueda hacer frente a su deuda. La Comisión Europea tampoco creen que haya llegado el momento de activar el plan de ayuda a Grecia. Un portavoz del Ejecutivo de Bruselas ha asegurado este jueves en que "se siguen con atención los diferentes comentarios que se hacen y la evolución de los mercados, pero para la Comisión sólo son escenarios hipotéticos y especulaciones".
En opinión de ese mismo portavoz, los movimientos de las últimas horas en los mercados financieros obedecen a "informaciones variadas, fundadas o infundadas".
El pulso de los mercados a la Eurozona
Pero según la opinión de algunos analistas recogida por EFE, el comportamiento de los mercados forma parte del pulso que están echando a los gobiernos europeos, ya que -según esos economistas- los inversores no creen que el plan de rescate pueda funcionar algún día.
Esa intuición se basa en las divisiones internas del Eurogrupo que quedaron patentes en la cumbre de líderes de marzo y que, según todos los indicios, aún no han desaparecido. Así, una fuente relacionada con la Eurozona y citada por Reuters, asegura que los gobiernos de los 17 países del euro aún no se han puesto de acuerdo sobre los tipos de interés a los que prestarían a Grecia.
Según esa misma fuente, Alemania y Holanda serían partidarios de cargar los créditos con tipos elevados para disuadir a los países de que se salten la disciplina fiscal.
Para activar el mecanismo de ayuda de emergencia, primero debe solicitarlo el país afectado -en este caso, Grecia- y después, deben aprobarlo por unanimidad los 16 países restantes de la Eurozona. Según la declaración firmada en la cumbre del 25 de marzo, el instrumento aprobado es "de último recurso", ya que se acudirá a él "cuando la financiación del mercado resulte insuficiente", aunque no establece ninguna cantidad como medida de esa insuficiencia.
Al castigar los créditos pedidos por Grecia con intereses por encima del 7%, los mercados están reduciendo la capacidad de ese país para recurrir a ellos, ya que esos tipos multiplican la deuda ya contraída por Atenas y la proyectan hacia el futuro como un lastre cada vez mayor. Así algunos analistas estiman que todo ese coste podría obligar a Grecia a pedir préstamos de emergencia por un importe de entre 20.000 y 50.000 millones de euros en los próximos años.
Números rojos en las Bolsas europeas
La incertidumbre sobre Grecia ha marcado también la jornada del jueves en los mercados bursátiles europeos.
Las mayores pérdidas se han registrado en el parqué ateniense, donde el índice que reúne a los 20 valores principales se ha desplomado un 3,92%. Pero detrás han ido los demás: Milán ha retrocedido casi un 1,5%, el CAC-40 de París ha cedido un 1,2% y el IBEX 35 de Madrid ha bajado algo más de un 1%.
Más moderadas han sido las caídas en Londres -el FTSE100 se ha dejado un 0,86%- y Fráncfort, cuyo índice DAX ha retrocedido un 0,81%.
Mientras tanto, el euro ha resistido los embates y este jueves su cambio con el dólar se ha mantenido en 1,33 gracias a las declaraciones de Trichet que aseguran que Grecia podrá cumplir con sus obligaciones.